Caravana 43 Sudamérica: entrevista a familiares (I)

El pasado domingo 17 de mayo, familiares de los 43 estudiantes normalistas desparecidos en México visitaron los estudios de Radio Zumba la Turba, en el marco de la Caravana 43 Sudamérica, en el que fue su segundo día en Argentina.
Esta iniciativa, que recorrerá en estos días siete ciudades de tres países sudamericanos (Argentina, Uruguay y Brasil), busca difundir la realidad mexicana, la lucha que vienen dando las familias desde la desaparición de sus hijos, el 26 de septiembre de 2014 y la actitud del estado mexicano. Su objetivo es romper las fronteras, tanto políticas como mediáticas, que intenta tender el estado mexicano para cerrar la causa por la desaparición de los jóvenes, denunciar que no hay pruebas de la muerte de sus hijos y continuar exigiendo su presentación (aparición) con vida.
Realizamos una extensa entrevista en la que, atravesadxs por el dolor y la emoción, pero al mismo tiempo por la posibilidad del encuentro, una madre, un matrimonio y un joven estudiante sobreviviente compartieron las circunstancias que han vivido durante los últimos ocho meses, desde el ataque en la ciudad de Iguala que dejara a tres estudiantes muertos, uno en estado vegetativo, y cuarenta y tres desaparecidos.
Debido a que entendemos que es imprescindible respetar su relato, incluso en los detalles, es que compartimos textualmente sus palabras. Como insisten en repetir, “No es una elección, es la necesidad la que ha hecho que tengamos que salir afuera de México para contar lo que pasó”.
Por su extensión, enviaremos el registro de la entrevista en tres partes. En esta primera parte, luego de darles la bienvenida, Francisco, sobreviviente de Ayotzinapa, relata lo sucedido en la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014. (Escuchar audio)
Natalia (Zumba): Buenas tardes, en esta cálida tarde otoñal desde radio Zumba la Turba en la Red Nacional de Medios Alternativos,  estamos “bienviniendo” a los y las compañeras que vienen a compartir su experiencia desde México. Ellos son familiares de los 43, un número que se ha convertido en todo un símbolo en América Latina y el mundo. Decidimos, les pedimos que compartieran esta media hora con nosotras, en los estudios de nuestra radio, una radio que nació al calor de las luchas y resistencias de nuestra ciudad y nuestro país y que por definición está abierta y hermanada y a la espera de apoyar todas las luchas en el resto de América Latina. La lucha por los 43 la hemos sentido muy fuerte también desde acá. Para la RNMA desde los estudios de Zumba la Turba les damos la bienvenida, junto a nuestra querida compañera Fabiana Bringas.
Fabiana Bringas: Hola Natalia, muy emocionados también desde ayer, que llegaron los familiares de la escuelita de Ayotzinapa, un sobreviviente de esta violencia del estado que se está ejerciendo de esta manera tan fuerte en México, conmovidos por sus palabras, porque ya hemos tenido 24 horas compartiendo con ellos, y vamos a tratar de trasladar el esfuerzo que han hecho para viajar hasta aquí. No es una elección de ellos, sino  la necesidad la que ha hecho que tengan que salir a viajar fronteras afuera de México para contar lo que les pasó.
Natalia: Justamente van a estar conversando con nosotras Mario Cesar Gónzalez Conteras,  Hilda Hernandez Rivera, Hilda Legideño Vargas (madre) Mario Hernández, Hilda Hernández, Hilda y Francisco, sobreviviente.
Fabiana: También agradecemos al colectivo de organizaciones que han hecho posible la llegada de los padres de Ayotzinapa: la Federación de Organizaciones de Base, el Encuentro de Organizaciones, Piratas por Tierra Mojada, vecinos y vecinas de Villa La Maternidad y personas independientes que han colaborado en el esfuerzo de posibilitar este viaje. Que constituyen, además, la iniciativa de la Escuelita de Desaprendizaje Autónomo.
Natalia: Desde esa iniciativa y junto a otras organizaciones a nivel nacional que se propusieron colaborar en la difusión de lo que está sucediendo, entendiéndolo como una denuncia política necesaria que debe trascender las fronteras de México y a su vez exigir al resto de los gobiernos latinoamericanos que tomen una posición clara en relación a lo que está pasando en México.

La noche del 26 de septiembre

Fabiana: Bienvenidos nuevamente, nos alegramos muchísimo que estén aquí. ¿Quién puede recordarnos exactamente qué sucedió el 26 y 27 de septiembre del año 2014 en esta escuela, denominada escuela normalista, donde se forman maestros rurales que después volverán a educar a sus comunidades? ¿Qué pasó ese día, Francisco, ya que desgraciadamente te tocó ser testigo de lo que sucedió?
Francisco, sobreviviente de Ayotzinapa:En México se ha corrido todo lo sucedido de los hechos de la noche del 26 y de la madrugada  del 27, es lo que venimos a Argentina a difundir, la voz que sienten, la voz que tiene Ayotzinapa, el dolor, la rabia, la desesperación de tener a nuestros hermanos ya de regreso.
La noche del 26 de septiembre fue un crimen de estado, todos lo sabemos y queremos que se haga justicia. Los compañeros salieron a las cinco de la tarde a hacer una actividad de “boteo”, no sé cómo le nombran aquí, es para recolectar fondos para actividades de la misma escuela que realizamos, pues hora sí seguidamente, que el estado sabe las actividades  que nosotros hacemos como normal rural en Guerrero.
Fuimos a la ciudad de Iguala a recolectar fondos, y llegamos a lo que es en la entrada, un pueblo conocido como Huitzuco, parte del municipio de iguala donde se hace la actividad de recolectar fondos.
Como a las siete y media de la noche los compañeros ya se iban a regresar para la Normal, habían terminado de realizar la actividad de recolecta de fondos, pero fueron a agarrar la vuelta por el centro de la ciudad de Iguala para entrar hacia el periférico y regresarse ya para la Normal.
Ahí fue, cuando los compañeros iban en media ciudad, que llegaron policías municipales en patrullas, disparándoles, directo a los autobuses, hacia los compañeros.
Se bajaron compañeros, a decirles que éramos estudiantes, que no tenían porqué estar disparando que ya se iban a ir, no más iban a entrar hacia el periférico y salir, regresarse. Los policías se retiraron.
Después ya más adelante, para entrar al periférico, le atraviesan una patrulla municipal sin policías arriba, y los compañeros del primer autobús se acercaron a la patrulla para hacerla a un lado y permitir el paso, pero cuando se bajaron unos compañeros en el momento de llegar a la patrulla fue cuando se arriman los municipales a dispararles. Llegaron policías de diferentes lados, en patrullas, unos andaban corriendo, tirando, y fue cuando le dan al primer compañero, que hasta ahorita se encuentra en vida vegetativa, en estado de coma. Le dieron el impacto en la cabeza, al compañero Aldo Gutiérrez, y le dejan herido a otro compañero que le dan en el brazo.
Tardó como una hora disparando, golpeando a los compañeros, estaban disparando en el primer autobús y es cuando se bajan los municipales y rodean el tercer autobús, eran tres autobuses. Rodean el tercer autobús, apuntando y bajando a los compañeros, a los 43 que venían en el tercer autobús. Bajándolos, golpeándolos, subiéndolos a las patrullas como ellos querían. Y todavía les gritaban, les decían palabras, eran parte de que nosotros nos lo habíamos buscado, que nosotros tuvimos la culpa, cuando solamente iban a dar la vuelta para ir a retirarse a la normal.
En el primer autobús todavía seguían las balas, seguían los disparos de armas de alto nivel, que solamente se pueden usar en guerra en las leyes mexicanas, no son para atacar estudiantes, para atacar a gente inocente.
Después que se llevaron a los 43 compañeros, los policías se retiraron.

El segundo ataque: en la rueda de prensa

Llamamos a los compañeros de la Normal [para avisarles] que estaban atacando, que fueran a apoyar. Llegaron los compañeros a apoyar, y también llegaron medios de comunicación para ver qué había pasado.
Estábamos allí presentes, como a las once de la noche, ya se habían llevado a los heridos al hospital, estábamos esperando a Derechos Humanos para levantar el acta, decir qué hacía pasado, qué había ocurrido.
Ya como a las doce y media, los compañeros de la Normal estaban haciendo una rueda de prensa para informar ante los medios lo ocurrido. Y como a mitad de la conferencia que estaban dando, llega una camioneta roja, sin logotipo, sin nada, pero atrás venían los municipales con ellos, resguardándolos. Fue cuando se bajan nuevamente y nos empiezan a disparar, así empezaron a tirarnos directamente.
Fue el segundo ataque, se podría decir. Fue cuando matan a dos compañeros, el compañero Julio César Ramírez Nava y el compañero Daniel Solís Gallardo.
Fabiana: O sea que fue un operativo muy grande.
Francisco: Tardó el primer ataque, teniendo allí un batallón cerca de militares como a 30 minutos, nunca aparecieron, o aparecieron ya hasta tantas horas después. Fue un ataque de los municipales, o sea, qué íbamos a esperar de las fuerzas policíacas que nos fueran a apoyar, o que nos fueran a auxiliar, pues, nada.
Fabiana: En un primer momento en los medios de comunicación se habló de un “enfrentamiento”. Era imposible, porque ustedes venían de hacer una colecta, son estudiantes y estaban absolutamente desarmados.
Francisco: No fue un enfrentamiento como el estado mexicano empezó  manejar ante los medios, como Televisa, una empresa que siempre nos ha venido atacando, que está vendida por el estado. Fue lo que manejaban, que se están atacando normalistas, mencionaron que hasta con piedras estábamos atacando nosotros. Pero aunque hubiéramos estado atacando con piedras, eso no se puede comparar con un cuerno de chivo, un R15, no se compara. Si hubiera sido así, pero no fue así, nosotros veníamos de la actividad, ya nos íbamos a retirar, cómo es posible que siendo estudiantes nos quieran achacar armas, nos quieran achacar un enfrentamiento. No es, pues, solamente para desviar la atención ante la sociedad mexicana, y que se desconcentre el apoyo que nos han venido dando.
Ahí seguían disparando, fue cuando dejan grave a otro compañero que le dan un balazo en la mandíbula. Yo cuando escuché los disparos lo que hice fue correr, esconderme hacia el autobús y después regresar. Ya cuando quise regresar porque miramos que cayeron compañeros pero no podíamos hacer nada, aunque quisiéramos, las balas no nos permitían. Lo que hicimos fue salvarnos como podíamos, unos nos tiramos al suelo, nos levantábamos, corríamos, por parte y otra vez al suelo.
Estaban de cacería aquellos municipales que participaron, se puede decir así.
Corrimos, llegamos a un callejón donde no había salida, después nos volvimos a regresar, esperamos allí y cuando íbamos corriendo hacia la otra cuadra, fue cuando cae otro compañero que le dan en la mandíbula. Fue cuando lo levanta un compañero, Omar, lo llevábamos cargando, corriendo hacia el hospital, preguntábamos donde había una clínica u hospital cerca para que lo atendieran y una señora nos dijo que como a tres cuadras estaba una clínica particular. Allí fue donde lo llevamos, tocamos y no nos quería abrir el doctor de ahí, porque no era su responsabilidad que no sabía ni cómo estaban las cosas. Nosotros le decíamos que éramos estudiantes y que nos habían disparado los municipales, que nos hiciera el favor de atendernos, o que nos abriera las puertas para alojarnos ahí. Nos abrió el doctor, nos dice pasen, pero nosotros no vamos a atender a nadie, a nadie, no queremos que sea después nuestra responsabilidad el tenerlo aquí. Quédense si quieren, nosotros nos salimos. Pero antes de que saliera, lo que hizo fue llamar al Batallón 27, y avisar que nosotros estábamos ahí.

El rol del Batallón 27 de infantería

Francisco: Fue cuando por primera vez llegan los militares de la infantería, del 27, unas cuatro o cinco horas después del os hechos principales que habían ocurrido. Todavía, llegaron, abrieron la puerta a patadas, y dijeron qué están haciendo aquí, cortaron cartuchos conforme llegaron, pegándole a algunos el cañón en el pecho, a otros los tiraron en el suelo, les quitaron cartera, celular, a todos nos quitaron el celular. Los pusimos en una mesa.
Al compañero que estaba herido lo habíamos subido al segundo piso para que cuando vinieran los militares nos entregábamos nosotros y que él quedara ahí, con alguien para que lo llevara al hospital. Pero luego se subieron al segundo piso los militares, también lo bajaron a él. El compañero sangrando, nosotros les decíamos que lo atendieran pues, que llamaran a una ambulancia para que lo ayudaran y los militares no hacían caso. Tardaron ahí dos horas con nosotros, como a las cuatro y media llaman a la ambulancia, ya cuando se iban a retirar. Fue cuando un compañero les dice que porqué no llamaban y ellos decían que no, que si éramos tan hombrecitos que nos aguantáramos, que era cosa que nosotros nos habíamos buscado, que éramos unos vándalos, que por eso nos pasaba esto. Nos tacharon como ellos quisieron, los militares. Cuando le sonaba el celular de cualquiera de nosotros, contestábamos, pero ellos nos decían que contestáramos en voz alta, y nos preguntaban cómo estábamos -nuestra familia-, y ellos nos decían “díganles que están bien” y dónde están, diles que andas corriendo buscando auxilio. Ellos nos decían qué íbamos que contestar.
Ellos se retiraron, llamaron a la ambulancia y nos dejaron a nuestra suerte.
Natalia: O sea, en general, los sobrevivientes quedaron a la deriva, después de estos ataques el ejército tuvo esta aparición, se retiró y quedaron ustedes.
Francisco: Cuando se retiraron los militares, recuerdo que nos dijeron: “compas, nosotros ya nos vamos. Si les pasa algo, ya no va a ser nuestra responsabilidad. Ustedes salven su pellejo como puedan”. Palabras de militares, palabras de aquellos que defienden la patria, de aquellos que defienden a la sociedad. Chinga, en qué país, en qué mundo estamos viviendo. Que no nada más en México se vive, esa situación.
Fabiana: Hacemos un pequeño paréntesis para hablar con Mario, con Hilda…
Leer la segunda (“Tenemos que salir al extranjero para difundir lo que estamos viviendo”) y tercera (“Eso es lo que he aprendido de ellos, que nunca debe uno callarse”) partes de la entrevista

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