IMG_20170704_194512791Así se refirió al Plan Maestro el electo Decano de la Facultad de Filosofía Juan Pablo Abratte y Humanidades en una charla que dio en el Instituto Superior de Formación Docente “Reneé Trettel de Fabián”. La misma se realizó el martes 4 de julio y estuvo organizada por la Asamblea Docente de Ruta 20 (Audio de la charla al final).

A los ataques que viene sufriendo la educación pública en nuestro país, se sumó en los últimos meses un nuevo motivo de preocupación. Nos referimos a un proyecto de ley presentado por el gobierno nacional, denominado Plan Maestro.

Este proyecto, que plantea una serie de metas a corto, mediano y largo plazo en el ámbito educativo, generó alerta en los espacios docentes ya que ha sido elaborado de manera inconsulta. Sumado a esto, las dudas se basan, también, en la vaguedad y ambigüedad del texto del proyecto de ley, que tampoco plantea, en general, cómo es que se van a lograr dichas metas.

Fue en este marco de incertidumbre que lxs docentes nucleadxs en la Asamblea Docente de Ruta 20, decidieron organizar esta charla a la que convocaron a Juan Pablo Abratte, quien además de ser el Decano Electo en las últimas elecciones de la FFyH, es Doctor en Educación.

Vale decir que la Asamblea Docente de Ruta 20 es definida por sus integrantes como un espacio compuesto por docentes de diferentes niveles que trabajan en escuelas de la zona y que hace varios años se vienen organizando. Lo consideran un espacio abierto en donde trabajar horizontalmente todas las problemáticas que lxs atraviesan en tanto trabajadorxs de la educación.

 

El Plan Maestro y el marco legal vigente

 

IMG_20170704_194702171Juan Pablo Abratte es docente de la Escuela de Ciencias de la Educación y en el marco de las cátedras en donde desarrolla su actividad, junto a otrxs docentes e investigadores, se ha dedicado a analizar el proyecto de ley denominado Plan Maestro.

Lo primero que advierte Abratte al inicio de su charla es que si bien este Plan “se ha presentado como un proyecto de ley, algunos medios periodísticos plantean que puede ser aprobado por decreto”. Luego, ya entrando a analizar el Plan, va a decir que el mismo “parte de reconocer el marco legal vigente y eso es una primera cuestión a discutir…  parte de reconocer sobre todo dos leyes que están vigentes, la Ley de Educación Nacional (LEN), por un lado, y la Ley de Financiamiento Educativo (LFE), por otro. Hay otras leyes que no aparecen en mencionadas en el Plan y que, además, no están presentes en las metas que plantea el Plan; entonces ahí hay una primera lectura para hacer: hasta qué punto esta propuesta reconoce o no el marco legal vigente.”

Este no reconocimiento del marco legal le preocupa a Abratte no por mero formalismo, “sino porque estas leyes, particularmente la LFE y la LEN, tuvieron un papel fundamental en términos de reposicionar al Estado Nacional sobre la responsabilidad sobre el Sistema Educativo.”

En este punto Abratte va a establecer un paralelismo con lo que sucedió en los `90 con la transferencia de las instituciones educativas a las provincias, dicha transferencia, afirma, “generó la condición de posibilidad de la Ley Federal de Educación, se había llegado a un punto de fragmentación del sistema tan grande que caía de maduro la necesidad, independientemente del contenido de la ley.” Del mismo modo, va a decir que “la LFE fue la condición de posibilidad de la LEN… la LFE reposiciona al Estado Nacional con una responsabilidad sobre el financiamiento del sistema que en los `90 había perdido después de la transferencia… creo que eso tiene un sentido también de generar condiciones de posibilidad para la LEN porque si no hubiera quedado (la LEN) como un discurso vacío de contenido.”

Aquí Abratte, y ya volviendo a la situación actual, aclara que no solo es una cuestión de financiamiento, “en este contexto donde el Estado Nacional se corre de la responsabilidad sobre la paritaria docente nacional no solo hay una discusión salarial, también hay una discusión de otros aspectos de las condiciones de trabajo y, sobre todo, hay una discusión del lugar del Estado Nacional… al correrse de ese lugar lo que está sucediendo, además de un incumplimiento de la LFE, es que vuelve a plantearse la responsabilidad de las provincias que en función de sus posibilidades van a financiar el cumplimiento de este Plan.” Y esto, continúa, “tiene un valor que no solamente tiene que ver con lo salarial, con lo material, sino que también tiene que ver con lo simbólico en el sentido de cuál es el lugar que el Estado Nacional tiene como responsable del Sistema Educativo y la Política Educativa.”

A partir de todo lo argumentado sobre este punto, Juan Pablo Abratte concluye que “esto de la continuidad del Plan respecto del marco normativo es relativo, es discutible, y si uno se pone a confrontar el contenido del Plan con esta legislación tiene bastantes huecos.”

 

No hay responsabilidad del Gobierno actual en el logro de las metas planteadas

 

En un segundo momento de su disertación, Juan Pablo Abratte se detiene a analizar las metas que propone el Plan Maestro. “El Plan es un conjunto de metas que se plantean en dos grandes plazos, la mayoría son planteadas para el 2026”.  Esto ya presenta un problema puesto que “el Gobierno, que es quien diseña este Plan, no pone metas intermedias dentro del propio período de gestión, en realidad la responsabilidad sobre el logro de estas metas se tira para adelante y no hay responsabilidad del Gobierno actual.”

Además de estas metas planteadas para el 2026, el Plan enuncia otras para el 2021 y otras que se definen para el 2018. Sobre esto, Abratte sostiene que “si bien el Plan no define prioridades, si uno analiza las metas en relación a los plazos que el propio Plan fija, uno puede plantear que hay ciertas prioridades, cuáles son las que se definen a corto plazo y cuáles a más largo plazo.”

Continuando con la cuestión de las metas del Plan y yendo a su contenido, Abratte cuestiona su grado de abstracción, “hay algunas metas que se plantean para el 2026 que tienen que ver con alcanzar mayores niveles de cobertura, con las cuales en principio uno está de acuerdo como metas en abstracto, lo que pasa es que el Plan no dice cómo hacerlo ni tampoco cómo se va a financiar esto… no están claras cuáles son las estrategias que el Estado va a generar para alcanzar estas metas.”

Para cerrar su análisis de las metas, Abratte hace mención a un grupo de colegas que junto a él se dieron a la tarea de analizar el Plan y que plantean que “algunas de estas metas ya se han logrado, otras son ambiguas y no está claro cómo se van a alcanzar, otras están sobrevaloradas, otras están subvaloradas; en realidad, hay un conjunto de metas que son formulaciones en abstracto, que no tienen en claro una estrategia y que, además, tienen problemas técnicos.”

 

Lo que oculta la idea de emergencia educativa

 

Continuando con este profundo análisis, el Doctor Juan Pablo Abratte se detiene a subrayar como aspecto importante a tener en cuenta que “el Plan parte de un enunciado que define una situación de emergencia educativa.” Esta enunciación plantea, para Abratte, dos cuestiones a analizar.

Por un lado, dice que “la emergencia educativa se plantea en relación a los resultados del Operativo Aprender, que más allá de las discusiones técnicas sobre cómo se diseñó, como se implementó, fue presentado oficialmente y antes de que fuera implementado ya se anticipaban los resultados del Operativo. Desde el discurso oficial se planteó ‘vamos a evaluar el sistema educativo sabiendo que los resultados van a ser catastróficos especialmente en el espacio de la Escuela Pública’. Hubo una definición desde el Estado de que el Operativo Aprender iba a arrojar resultados desfavorables, que iban a mostrar falencias en términos de calidad. A su vez, esto que después se presenta como una profecía autocumplida es ahora el fundamento de la declaración de emergencia educativa.”

La otra cuestión que quiere analizar en torno a la idea de emergencia que presenta el Plan, lo retrotrae nuevamente a los años ‘90, dejando establecida la estrecha relación entre el Plan Maestro y las reformas educativas de aquel período de nuestra historia reciente, “quienes tenemos un poco de memoria sabemos lo que significa la palabra `emergencia`, sabemos lo que está atrás de esa palabra, como se ha presentado la emergencia educativa como urgencia, como improvisación, como imposición de un único camino posible; es decir, estamos en emergencia y eso termina legitimando la acción del Estado porque la situación así lo exige. Sabemos también que, en general -por lo menos en el caso de la reforma educativa de los ‘90-, la frontera de la emergencia fue la frontera del ajuste, la frontera del recorte presupuestario, de la precarización y la flexibilización laboral y la imposición de nuevas regulaciones para el trabajo docente; o sea, en el contexto de la emergencia las políticas se orientaron en ese sentido.”

 

La fragmentación del Sistema Educativo

 

Para ir terminando la charla, Abratte se va a detener en un punto claramente preocupante, ya que continúa una línea que viene orientando hace muchos años las distintas reformas de corte neoliberal que se han planteado al Sistema Educativo, que tiene ver con la fragmentación del mismo. Concretamente va a decir “que en el Plan subyace una idea de la Educación Pública como un espacio institucional para los sectores  pobres, para los sectores vulnerables. Y esto tiene que ver con cómo se presentaron los resultados del Operativo Aprender y que se empieza a plantear que hay una brecha entre Educación Pública y Privada, así planteada en términos indiscriminados, como si la Educación Pública fuera homogénea en un país como el nuestro con la diversidad, con la heterogeneidad que tiene, con las desigualdades regionales que tiene; y como si la Educación Privada también fuera homogénea, sin entender que también hay fuertes diferencias al interior del ámbito privado.”

Y continúa Abratte, “en la medida que lo público se reduce a una idea de la educación para determinado sector social en realidad lo que estamos discutiendo es gestionar instituciones para determinados sectores sociales que no pueden acceder al sistema privado. Y esto me parece que está presente, no explícitamente, por un lado, en el discurso oficial, pero por otro lado, en el diseño del Plan, por ejemplo cuando se plantea la cuestión de la carrera docente solo pensando en términos del Sistema Público. Es cierto que hay una cuestión compleja en relación a las condiciones laborales en el sistema educativo privado, pero también es cierto que en nuestro sistema educativo la mayoría de las escuelas privadas reciben subsidio estatal y que hay ciertos derechos que son comunes; y esto parece que no estuviera presente en términos de diseñar una carrera docente independientemente de donde se desempeñe el docente.”

La charla desarrollada por Juan Pablo Abratte se ocupó, además de los temas aquí desarrollados, de otras cuestiones centrales que trata el Plan Maestro: formación docente, relación con el sector productivo y con el mercado, evaluación docente, etc.

Te invitamos a escuchar la disertación completa en los siguientes links.

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