El 22 de marzo las trabajadoras del Equipo de Atención a Víctimas de Delitos Sexuales se manifestaron frente al Polo Integral de la Mujer, en reclamo del derecho a concurso para pasar planta permanente, la contratación a monotributistas y el aumento de personal urgente. Desde el 13 de marzo sostienen asambleas de 3 horas por turno. Denuncian que la precarización es violencia.

Desde Zumba La Turba Conversamos con Belén, una de sus integrantes.

Este duro comienzo de año, marcado por el ajuste y la represión, impulsó un panorama convulsionado de lucha en defensa de los derechos que el Estado y sus gobiernos se empeñan en avasallar. Los empresarios y los políticos siguen amasando el capital que ellxs mismxs crean, a base de despojos, explotación, represión, asesinatos, desprecio,  etc.

En la vereda del frente, las masas trabajadoras siguen haciendo lo que mejor saben hacer, organizarse y presentar lucha y resistencia. En este caso, nos toca nuevamente a las mujeres marchar al frente por ser una vez más blanco de la doble precarización y el ajuste.

Las trabajadoras del Polo Integral de la Mujer vienen luchando por condiciones laborales dignas, y lo escuchamos bien fuerte este 8 de marzo en el Paro Internacional de Mujeres, desde el escenario de la masiva marcha. Luego, en la Asamblea Ni Una Menos nos sensibilizaron nuevamente con la situación de violencia laboral que atraviesan desde hace varios años, entre lágrimas, abrazos y digna rabia compartida.

El Equipo de Atención a Víctimas de Delito contra la Integridad Sexual del Polo de la Mujer está conformado por 14 trabajadoras que garantizan asistencia psicológica, seguimiento y asesoramiento legal a las víctimas y sus familiares. En el 2017 este equipo atendió  7.000 consultas y se encuentra en permanente reclamo de aumento de personal por lo dificultoso que implica para ese reducido número de trabajadoras hacer frente a la creciente demanda, ante situaciones de violencia y denuncias.

Las trabajadoras llevan más de 10 años de estar contratadas y una de ellas es monotributista, situación que les impide el concurso para ingresar a planta permanente, profundizando la precarización y las irregularidades de su condición laboral.

A principios de marzo, y luego de haber agotado todas las instancias administrativas para viabilizar sus reclamos, se vieron obligadas a profundizar las medidas de lucha. El 13 comenzaron con las asambleas de dos y tres horas por turno. Y el 22 de marzo convocaron a una jornada de protesta frente al Polo para gritar bien fuerte que la precarización laboral es violencia.

 

 

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