El lunes pasado, 3 de septiembre, patrocinados por la Fundación LUCADESA, padres y madres hicieron una presentación judicial para que se suspendan las clases preventivamente en la escuela. En el programa Ovejas Negras, el jueves pasado, conversamos con Roberto, padre de un estudiante de la institución.

 Un gravísimo caso de contaminación se dio a conocer hace varias semanas atrás cuando docentes de la Escuela Normal Superior Dr. Garzón Agulla descubrieron, al retirarse unos  escombros que estaban desde febrero dentro del edificio escolar, que los mismos contenían asbesto y que no se habían seguido los protocolos de manipulación que existen para tal sustancia.

El asbesto o amianto es una sustancia probadamente cancerígena que se encuentra prohibida en Argentina desde 2001. El Espacio de Docentes Autoconvocados, agrupación docente de Córdoba, en una publicación de días atrás que citamos aquí decía: Desde el 2003 por resolución 823/01 del Ministerio de Salud de la Nación rige la prohibición de la producción, importación, comercialización y uso de fibras de Asbesto (base del amianto) en todo el territorio nacional. La Carta de Buenos Aires resumió las conclusiones de la Reunión Latinoamericana de Asbesto realizada en Octubre de 2001 y dentro de sus principales declaraciones da cuentas de que: “El Asbesto se reconoce como causa probada de cáncer y otras enfermedades invalidantes o mortales y no existe umbral bajo en el cual haya una exposición segura”.

Para conocer mejor tan grave situación y como se llega a judicializar el asunto, en el programa de Ovejas Negras del día jueves 6 de septiembre, entrevistamos a Roberto, integrante del grupo de padres y madres que hizo la presentación judicial con el patrocinio de la Fundación LUCADESA ( Lucha Contra la Contaminación Ambiental en Defensa de la Salud). Para ellxs, padres y madres, esta historia comienza a mediados de agosto, según nos cuenta Roberto. El día 14 de agosto lxs docentes del colegio se declaran en asamblea permanente y allí es donde lxs padres y madres somos anoticiados de esta situación y comenzamos a trabajar de manera paralela junto a ellxs y lxs chicxs que asisten al colegio.

Pero, en realidad, esta problemática se empezó a gestar a principio de año, continua Roberto, en el mes de febrero, aproximadamente, unos obreros fueron con moladoras y sometieron a un stress, es decir cortaron los caños, y a partir de allí se empezaron  a disipar fibras de asbesto. Antiguamente, los caños que transportaban líquidos eran recubiertos con asbesto.

Según pudimos investigar, a raíz de ese trabajo de febrero se generaron escombros que quedaron en el edificio hasta agosto, cuando fueron retirados y lxs docentes tomaron conocimiento de que existía esta sustancia en la escuela.

En este punto, al preguntarle a Roberto si alguien tenía conocimiento de la existencia de asbesto en la institución antes de febrero, él responde: Nosotrxs al menos no, luego de alguna investigación, se irán deslindando responsabilidades. Suponemos que alguien si debería haber sabido que esto existía.

Continuando su relato, este papa de un estudiante del Garzón Agulla se muestra sumamente preocupado y explica que comenzamos a tratar de visibilizar esta problemática por distintos medios de comunicación, no solo de la ciudad de Córdoba, sino que nos hemos puesto en contacto con medios de Santa Fe, de Mendoza, de Buenos Aires, La Pampa, Entre Rios. Porque en muchos edificios, antiguos sobre todo, existe este material y en algún momento va a volver a saltar esta situación.

Por otra parte, al declarase en asamblea permanente lxs docentes, se dejaron de dictar clase y se les exigieron respuestas y soluciones a las autoridades correspondientes. En este sentido, sigue Roberto, se tomaron muestras de este material y el CEPROCOR (Centro de Excelencia en Procesos y Productos, un ente autárquico perteneciente al Estado Provincial)  hizo un análisis y dio positivo que era asbesto. Pero el ministerio nos dice que el colegio está libre de contaminación, es decir, la contaminación se produjo debajo de la pileta, en la caldera y en el resto del colegio no.

Esta respuesta no tranquiliza ni a lxs docentes, ni a los padres, ni a las madres ni a lxs estudiantes, y Roberto explica porque: no sabemos y creemos que no se han aplicado los protocolos internacionales para el tratamiento de este material y se ha retirado sin seguir esos protocolos y no sabemos que espacios más del edificio están contaminados. Por lo que estamos pidiendo que el ministerio de educación de la provincia deje que la Universidad Nacional de Córdoba, la Universidad Tecnológica Nacional o alguna empresa privada pudiera hacer un muestreo y nos de la seguridad de poder enviar nuestrxs chicxs al colegio. La seguridad plena de que lxs chicxs no están en un ambiente contaminado
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A pesar de la preocupación fundada de la comunidad educativa respecto al riesgo vigente, se retomaron las clases y lxs docentes volvieron a las aulas por presiones del ministerio que, antes de buscar una solución definitiva y tranquilizadora, busco que todo rápidamente vuelva  la normalidad.

En este sentido, lxs delegadxs escolares de la escuela denunciaron que, entre las presiones para retomar las clases, el viernes 24 de agosto por la noche, lxs docentes recibieron un mail que decía que a partir del lunes 27 se implementarían las medidas administrativas pertinentes para asegurar el efectivo dictado de clases. Aquí surge la pregunta sobre donde está la UEPC cuando debe respaldar a lxs docentes ante tan grave situación.

De todos modos, con la preocupación de padres y madres, dice Roberto que la gran mayoría no está enviando lxs chicxs al colegio. Están asistiendo aproximadamente un 10, 15, 18 % de chicxs. Por lo cual no hay clases.

Ante la evidencia cierta que hubo disipación de fibras de asbesto, que estuvieron en la institución por lo menos desde que en febrero se cortaron los caños, surge la pregunta sobre la actuación del Estado ante un caso que afecta a la salud pública donde debería existir un trabajo de control de la salud y seguimiento de todas las personas que circulan a diario por el Garzón Agulla. Esto no ha sucedido. Es precisamente – continua Roberto- lo que estamos pidiendo. Para tener la plena seguridad que nuestrxs chicxs no están en un ambiente contaminado y poder decidir enviarlxs de nuevo al colegio. El ministerio nos envió un informe, pero ese informe explica los procedimientos de la quita del material, el llevado al CEPROCOR y el análisis, pero nada más que eso. Después se engorda más esa carpeta porque hay una serie de hojas que indican el procedimiento de cómo tratarlo, pero eso no implica un informe de libre contaminación. Por otra parte, eso no lo firma ningún responsable del ministerio.

Tanta falta de seriedad en el tratamiento dado por las autoridades al tema provoca incertidumbre y preocupación a padres y madres que deciden asesorarse y llevar esto a la justicia. Roberto explica: Nosotros hemos buscado una representación legal porque se ha hecho una acción judicial en contra del ministerio de educación de la provincia. En este caso, el Dr. Matheu, ex fiscal, Titular de  la Fundación LUCADESA. Se ha hecho una presentación el lunes próximo pasado (3 de septiembre) en la justicia pidiendo el cese total de actividades en el colegio, para que se permita que una institución haga un muestreo general y sepamos fehacientemente si el edifico está o no contaminado.

Naturalmente, padres y madres quieren garantías para que sus hijxs vuelvan a clase, lxs estudiantes que son lxs principales protagonistas de esta historia, que no es otra que la de la defensa de la educación pública, la defensa del derecho a educarse en un ambiente sano. Le preguntamos a Roberto respecto a que dicen lxs chicxs sobre todo esto.  Están indignadxs, lxs chicxs sienten que están siendo avasalladxs. En 2018, donde promovemos muchas igualdades, que lxs adultxs decimos que esta generación son lxs futurxs dirigentes, aun así lxs seguimos ninguneando de esta forma tan absurda, esta forma tan artera. No se puede entender en un país donde se está discutiendo lo patriarcal, las docentes mismas tengan una actitud de este tipo emparentándose con lo más dictador posible.

Roberto se refiere a la actitud de la directora, que desde un principio se negó a conversar con padres y madres. Ella se excusó diciendo que le habían bajado línea, que se apartara de esta situación y de esta problemática. Lo cual nosotrxs no lo entendemos a eso. Eso es una clara muestra de humanidad, de ética, de moral. Por lo cual estamos bastante molestxs, enojadxs.

Pero, en realidad, no se apartó del tema, sino que trabajo para que se tapara y volviera a la normalidad. No solo hubo presiones hacia lxs docentes sino también hacia lxs estudiantes. Cuenta Roberto que hay muchas muestras por parte de lxs directivxs del colegio de aprietes hacia lxs estudiantes. Hoy estuvo corriendo la versión que no tengo confirmada, de que a voz baja les dicen “entren chicxs sino van a quedar libres”, por ejemplo.

Mientras esperan una respuesta de la justicia al pedido de suspensión momentánea de las clases para poder hacer un análisis riguroso de la contaminación del edificio, padres y madres no se quedan quietxs según explica este papá a quien entrevistamos: Estamos armando una clase abierta. Esta mañana logre ponerme en contacto con Hebe Carreras, una Doctora en Biología y especialista en contaminación, y estamos coordinando el tiempo de ella para poder hacer esta clase abierta junto con el doctor Juan Lineo, un médico, ex alumno del colegio que está dispuesto a participar de la clase y hablar de la problemática de la salud con este tema en particular.

Muchas veces se denuncia la ausencia de lxs padres y madres en el día a día de la educación de sus hijxs y se les reclama más participación. Acá tenemos un caso donde sucede todo lo contrario y por eso es bueno difundir y acompañar esta lucha, que, al igual que lo que está sucediendo en las universidades de todo el país, es una lucha por la defensa de la educación pública.

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