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En el programa especial del 19 de octubre dedicado al paro de mujeres, lesbianas y trans recorrimos distintos puntos del país y del continente, recogiendo impresiones y convocatorias.

Desde Honduras, compartimos la voz de Karla Lara, integrante de la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras, cantante y comunicadora popular.

Karla inició la nota comentando la alegría que sentían con la presencia en ese país de la integrante de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Norita Cortiñas, en ocasión de la premiación a Miriam Miranda, referente de Ofraneh, por la defensa de territorios ancestrales.

La referente de Madres de Plaza de Mayo fue quien transmitió y relató los femicidios de los últimos días que dieron origen la convocatoria del miércoles 19, en el programa radial “Sin café no hay mañana”, que conduce Lara.

Al respecto, Karla compartió una sentida reflexión en torno a lo que implica cada nuevo femicidio, afirmando que “todas las muertes tenemos que dolerlas, vivimos en una cultura de muerte, en una sociedad es más fuerte que en otra, pero la muerte generalizada, la muerte arrebatada, o sea el hecho del asesinato, del femicidio, es una cosa que nos atraviesa a todas las sociedades, a todos los pueblos”.

Para responder ante estas “muertes arrebatadas”, cada sociedad cuenta con distintas herramientas y Lara plantea una mirada dura sobre el contexto hondureño: “desde un punto de vista crítico, el movimiento está muy institucionalizado, hay poca reacción de la misma gente. Creo que la condición de pueblos que por otras razones tenemos presencia de la cooperación internacional de una manera distinta a la que puede vivirse quizás en el sur del continente, hace un poco que las dinámicas del movimiento sigan esa pauta y esa condición (…) Deberían ser suficientes los hechos para sacudirnos y salir un poco del letargo”.

Honduras vive hoy en un gobierno caracterizado como la continuidad del golpe de estado del 28 de junio de 2009 contra el gobierno de Mel Zelaya, y su carácter autoritario genera “una cultura del miedo muy fuerte en este país. En Honduras amanecemos de veinte a treinta personas asesinadas por día, jóvenes y mujeres la mayor parte, gente pobre la mayor parte. Entonces hay un miedo generalizado a decir, a protestar, a disentir. Hay una coerción fuerte, una propaganda fuerte desde el gobierno, desde el régimen dictatorial repitiendo que todo está mejor, que todo está bien. Es una lógica de las armas como forma de seguridad y una presencia militar muy fuerte en las calles, es parte de nuestro escenario. Si vinieran, te da la sensación de un país en guerra”.

Sobre las convocatorias que se sumaron a las movilizaciones contra el femicidio a nivel continental el pasado 19, Lara compartió que “hay acción desde dos plataformas, una que está trabajando fuerte por la despenalización del aborto en tres causales y otra plataforma que es previa, que es la que se mueve alrededor del tema de la PAE [Pastillas de Anticoncepción de Emergencia]. Ambas plataformas se movilizan hoy en solidaridad con la acción que entendemos que desde Argentina se está convocando al mundo para que las organizaciones de mujeres y feministas nos pronunciemos en este grito alzado porque se pare el femicidio”.

Desde el estudio, Francis Monterola, compañera venezolana de la Escuela de Feminismo Popular, sumó su abrazo y envió fuerza a las compañeras del movimiento de mujeres hondureño “compartimos el dolor pero también la alegría de saber que en todas partes del continente somos las mismas, que nos atraviesa el patriarcado y el sistema colonial por los mismos lugares, pero que seguimos en lucha y en resistencia, y también, como dicen en mi pueblo, ‘tanto va el cántaro al río hasta que se rompe’, así que ahí vamos”.

Su inevitable espacio en la conversación tuvo también el nombre de la referente hondureña Berta Cáceres, asesinada el pasado 2 de marzo en el marco de lo que se denuncia como un femicidio político por su caracterización de mujer, campesina, lenca y pobre, por el que se sigue exigiendo justicia.