El pasado 10 de mayo se conmemoró una fecha histórica en las hermanas tierras guatemaltecas: tres años atrás se daba a conocer la primera condena contra el dictador Efraín Ríos Montt por el genocidio perpetrado entre 1981 y 1983 contra el pueblo indígena Ixil. Sin embargo, días después de la condena, la Corte de Constitucionalidad de Guatemala, integrado por funcionarixs que tuvieron una participación en aquel proceso sangriento, anuló la sentencia. Hoy, las mujeres de los pueblos y las comunidades de Guatemala impulsan un nuevo juicio. Foto: Prensa Comunitaria.
Para comprender en profundidad la lucha del pueblo maya desde Córdoba Originaria en Zumba La Turba mantuvimos un diálogo con Lucía Ixchu, maya k’iche’, comunicadora originaria e integrante del colectivo Prensa Comunitaria de Guatemala.
ELM: Lucía, un placer escucharte y compartir este espacio como propuesta para hermanar nuestras luchas.
Lucía: Mucho gusto compañerx, un saludo cordial a toda la audiencia de la radio de Córdoba. Queremos contarles un poco de la realidad que nos tocó vivir en los últimos años en Guatemala, con una firma de acuerdos de paz del año 1996 que simplemente representó la firma de un papel, porque la guerra, el despojo, el genocidio en Guatemala no se detuvo.
Precisamente hubo un juicio por genocidio ya que es la primera sentencia histórica a nivel latinoamericano para poder condenar el genocidio. Pero, lamentablemente, pues esta lucha de pueblo de las mujeres ixiles que fueron víctimas de todo tipo de atrocidades, violaciones sexuales y todo tipo de despojo a sus territorios, a sus cuerpos, fue anulada por la Corte de Constitucionalidad que sufrió una intervención por parte de sectores económicos de poder de este país, la oligarquía de las once familias que tienen el dominio de Guatemala. ¿Qué hicieron? Anularon la sentencia y tuvieron que retrotraer el proceso nuevamente a la etapa de declaración, así que nuevamente las mujeres ixiles tuvieron que declarar, contar y narrar la tortura física, psicológica, emocional y económica de la que ellas fueron víctimas. Esto realmente es algo que repudiamos como sociedad civil, como colectivos de comunicación, porque esto es revictimizar a la lucha del pueblo ixil, es algo que nos indigna de sobremanera.
Se está llevando el juicio en Quiché, en lugar de territorio ixil y hubo también confrontación por gente también de la población que está del lado del ejército y de los militares, negando el genocidio. Entonces ha sido una dinámica perversa, una estrategia de desvalorización de toda la lucha del pueblo ixil por parte también del ejército. Ejército que ganó las elecciones en este período, ahorita con Jimmy Morales, un presidente que está con Avemilgua [Asociación de Veteranos Militares de Guatemala], una de las organizaciones de corte más fascista y más conservadores que tiene el poder del gobierno de Guatemala actualmente.
Como les decía, la lucha por el territorio, por la defensa de la vida se mantienen porque continua el despojo a través de la implementación de proyectos de minería o hidroeléctricas. Incluso en la época de [Alfonso] Portillo, después de los acuerdos de paz, se otorgaron más de 96 licencias mineras y a raíz de esto es que hay organizaciones indígenas y comunitarias que se están defendiendo y lo que buscan las empresas es lograr identificar a los líderes y a las lideresas que están defendiendo el territorio y la vida para poder criminalizarlos y encarcelarlos.
La realidad de la prisión política en Guatemala es crítica: hay alrededor de 50 presxs políticxs en todo el territorio. En la región norte de Huehuetenango hubo alrededor de nueve personas presas, ahora ya sólo hay siete, salieron en libertad dos que estuvieron presxs dos años. En el período de 2014 a 2016, ya hubo detenciones de más de diez personas en Barillas (Huehuetenango). Todas ellas del norte de Huehuetenango luchan en contra de la privatización de los ríos a través de la hidroeléctrica Hidro San Luis, que es una empresa generadora de energía de España, ni siquiera es nacional. Entonces hay una problemática fuerte porque Guatemala se encuentra ahorita en una convulsión sobre el despojo al territorio, sobre el despojo a todo tipo de práctica colectiva, pero hay resistencia resistencia. Nosotrxs estamos, como medio de comunicación Prensa comunitaria, dándole cobertura muy de cerca a los compañeros presos políticos, porque obviamente la lucha mediática es nuestro territorio en disputa, porque los medios corporativos, oficiales, no le dan cobertura a las audiencias, no cuentan absolutamente nada de lo que está sucediendo, de esta realidad de la Guatemala profunda que se está viviendo a diario.
ELM: Pensábamos en toda esta representación y construcción turística que hay de este lado de Guatemala y ésta es la otra cara, la resistencia, la lucha y esta continuidad que hay entre lo que fue el proceso de la dictadura en Guatemala, el genocidio al pueblo Ixil entre el 81 y el 83 que hace posible que se afiancen hoy estas multinacionales, las empresas hidroeléctricas.
L: Yo te quería preguntar Lucía, si por un lado si nos podrías describir un poco este proceso del 81 al 83 que vive el pueblo Ixil, las mujeres y cuáles son los argumentos que utiliza el sector militar conservador para descalificar y decir que no fue un proceso de genocidio.
Algo importante que hay que destacar es que todo el territorio que fue masacrado, torturado, y aniquilado es un territorio profundamente rico en recursos naturales. En ríos, en minería, todo. Entonces, toda la estrategia militar del 82-83 era desplazar a estas comunidades para sacarlas de sus territorios de manera violencia, desapareciendo comunidades, familias enteras para poder implementar toda esta serie de hidroeléctricas que se vienen, que se están implementando y hay varias ya implementadas. Entonces por ejemplo, lo sucedido del 81 al 82 en Guatemala, que realmente fueron 36 años sumamente duros pero estos en específico porque fueron implementados por una estrategia militar muy fina de Efraín Ríos Montt, que fue de los autores intelectuales del genocidio, de todo este aparato estatal militar que se movilizó era en aras de poder criminalizar, despojar, asesinar, mutilar a las poblaciones ixiles. El argumento que están utilizando ahora es que todas estas comunidades se encontraban en teoría relacionadas a la guerrilla, eran comunistas y con toda esta estrategia contrainsurgente de la difamación y la calumnia han tratado de descalificar el proceso de genocidio. Están diciendo que no pudo ser un genocidio porque hubieron militares que también eran indígenas y que entonces fue una matanza entre indígenas, que no puede ser tipificada como genocidio. Realmente es un discurso perverso por parte de los militares de derecha conservadores. Más o menos eso es lo que han ido utilizando para ir descalificando y tratando de bajar la campaña mediática que se trató para posicionar el tema del genocidio en Guatemala.
ELM: ¿Cómo fue este proceso de llevar a juicio a semejante genocida como José Efraín Ríos Montt y luego de todo ese proceso, de ver los testimonios de las mujeres contando cosas terribles de lo que se vivió, de haber conseguido la condena ese 10 de mayo y que luego ésta se anulara por parte de la Corte de Constitucionalidad?
L: Las protagonistas de la lucha son las mujeres ixiles, el pueblo ixil, las autoridades ixil que fueron y han sido apoyadas por organizaciones de derechos humanos, que están haciendo su trabajo de acompañar y han sido realmente el motor de impulsar. Sobre todo han habido varios procesos desde el REHMI [Proyecto Interdiocesano de Recuperación de la Memoria Histórica], distintas publicaciones como las del padre Ricardo Falla que contó las masacres que se vivieron en Quiché, distintos procesos que han tratado de informar lo que pasó y yo creo que ese fue el impulso de valor de las mujeres para poder denunciar, para poder entablar un proceso judicial en contra del general Efraín Ríos Montt, quien fue el presidente de facto en ese momento.
Entonces se implementa toda la estrategia, poder llevar a juicio, el juicio se llevó a cabo, fue un juicio sumamente largo, desgastante, incluso hay varias personas que han muerto ya de los testigos oculares de lo que sucedió y eso a nosotrxs nos preocupa sobremanera. Nosotros sí veíamos como una victoria el fallo de la jueza Jazmín Barrios que valientemente admitió que hubo genocidio en Guatemala y lo veíamos con bastante alegría, bastante positivo para el tema de luchar contra la impunidad también en este país, contra toda la impunidad que impera en el sistema de justicia, en los tres poderes del estado. Y de repente aparece la “corte celestial”, como le decimos nosotros acá, la Corte de Constitucionalidad que fue la que denegó y retrotrajo el proceso, obviamente porque las personas que también estuvieron y están detrás del genocidio son personas que tienen nombre y apellido, gente que tiene sus intereses volcados completamente a trasnacionales y al contrabando de energía.
Contrabando, porque nosotros lo vemos como un despojo, jamás queda nada para nosotrxs. Incluso una de las hidroeléctricas de la masacre del Río Negro que se implementó para la represa de Chixoy sigue sin darle energía a las comunidades. Eso fue en los años ochenta, imaginate el acuerdo era que las comunidades se retiraran, que ellos iban a darles energía y siguen sin darles energía. La gente, obviamente, tiene los suficientes argumentos para no pactar con empresas trasnacionales ni nacionales, porque se nos ha mentido y se nos ha engañado mucho, de todo tipo de cosas. Entonces la gente ahora por supuesto que está resistiendo y también la represión militar fue brutal. Ahora no pueden operar de manera tan impune, pero sí siguen siendo impunes y siguen siendo paramilitares y siguen siendo corruptos. Lo que están haciendo ahora, precisamente a raíz de tanta gente que está defendiendo el territorio es encarcelarla y ese encarcelamiento encarcela a las familias, encarcela a las comunidades, porque meten cien órdenes de captura en las resistencias y eso es inmovilizar, es desarticular, y lo siguen haciendo. Pero, por ejemplo, en el caso de las mujeres ixiles, ellas siguen con la convicción de seguir y mantenerse en la lucha, y dijeron que si tienen que declarar diez veces van a hacerlo, ellas están dispuestas, lo cual a nosotrxs nos llena de mucha dignidad, nos da mucha fortaleza ver que las mujeres están claras de su lucha y siguen, ahí están. Precisamente el 10 de mayo hicieron ellas una ceremonia maya en el parque de Quiché para poder estar ellas en contacto con el fuego, para poder equilibrarse espiritualmente, y nosotros desde lejos las acompañamos también en el pensamiento. Las pensamos y admiramos, sobre todo su lucha incansable por la justicia, para poder también ellas cerrar el ciclo de duelo de todos sus familiares desaparecidos y también de las prácticas brutales, fascistas, de las cuales ellas fueron parte.
ELM: Nosotrxs desde aquí también vemos con mucho orgullo y creemos que es necesario incluso este protagonismo por parte de las mujeres de nuestros pueblos en la resistencia y que también están siendo apuntadas por las multinacionales, como en el caso de Berta Cáceres en Honduras. Pero vemos que se está multiplicando esta resistencia, esta referencia y este liderazgo de las mujeres también en tanto colectivo.
L: Sí, totalmente. Nosotros en el tema de la participación de la mujer en estos estados que no nos representan a nosotras las mujeres indígenas porque son racistas, son excluyentes, son machistas y patriarcales, nosotras tenemos que buscar nuestras formas de cómo organizarnos. Por ejemplo, yo colaboro en distintos espacios, en distintos colectivos también del movimiento estudiantil de comunicación y de arte, porque tenemos que encontrar las formas más creativas de seguir resistiendo también. Yo creo que eso es importante, a pesar de ese machismo, ese patriarcado, creo que el ejemplo de las mujeres ixiles, el de las mujeres Q’anjob’ales, el ejemplo de las mujeres de Santa Cruz Barillas, de las mujeres de La Puya que están resistiendo a la minería y de distintos lugares es lo que nos fortalece a nosotras, las mujeres indígenas urbanas, para poder continuar con la lucha que ellas desde sus territorios están librando. Yo creo que eso es importante y me imagino también porque yo comparto la lectura de que Latinoamérica es una patria grande, somos territorios similares, con distintos problemas pero similares al fin y al cabo, con problemas de territorio, de minería, de racismo y exclusión hacia nuestros pueblos originarios y yo me imagino que también la lucha que llevan las mujeres allá es valiente y eso es lo que nos hermana y fortalece los lazos también de que el día de hoy estemos pudiendo intercambiar y platicando sobre lo que pasa en nuestros territorios.
ELM: De hecho se comparten esos horizontes, de lo que son estos estados racistas, patriarcales y las luchas por las autonomías, la liberación de nuestros cuerpos contra todas estas formas de dominación que naturalizamos y muchas veces en nuestros pueblos seguimos reproduciendo esas prácticas coloniales y patriarcales. Es una lucha muy profunda que tenemos que dar y que está en articulación con estos horizontes de las luchas contra las multinacionales.
L: Totalmente, sí. Por ejemplo, a mí me parece muy importante eso que tú acabas de mencionar respecto al colonialismo, porque efectivamente Guatemala es un estado finca que sigue viviendo en el colonialismo, ni siquiera en el neocolonialismo, es colonial colonial, a pura cepa. Es un estado realmente que no ha podido superar muchas cosas, la oligarquía de este país es profundamente conservadora y entonces, a pesar de los distintos tipos de despojo que hay, aquí se siguen las prácticas coloniales.
Los primeros presos políticos son Atanasio Tzul, Lucas Aguilar [ protagonistas del Levantamiento Colonial Indígena de Totonicapán de 1820]y hermanos indígenas, Manuel Toc, que libraron batallas con los criollos de este país y sigue pasando. Nosotros, los pueblos indígenas, desde la colonia para acá seguimos teniendo las mismas luchas, los mismos problemas. Obviamente se ha perfeccionado todo el aparato mediático, todo el aparato estatal militar, pero seguimos viviendo esas prácticas coloniales. Yo creo también que la liberación de nuestros cuerpos debe empezar desde la cabeza, nuestro cuerpo, nuestras acciones, que es la lucha y la búsqueda en la que nos encontramos de la hermosa utopía de poder construir nosotros nuestros mundos distintos en estos estados racistas excluyentes que jamás nos han considerado ni nos han contemplado. Incluso hasta nos homogeneizan, porque aquí tienen también toda esa estrategia mediática, “light”, de los medios corporativos, diciendo “es que todos somos Guatemaltecos”, “todos somos iguales”, “Guatemala va a cambiar si tu cambias”, y eso es sumamente indignante porque somos más de treinta pueblos indígenas en Guatemala, con diversidad de culturas, con diversidad de miradas, con diversidad de luchas y distintas formas de pensar, que por supuesto somos hermanxs y compartimos, pero sí somos distintos. Pero si estamos en esa negación de lo que somos, es bien difícil también esa parte.
ELM: Tiene que ver con lo que vos decías, estos estados que nosotrxs no hemos elegido sino que se nos han impuesto y ahora la lucha es justamente cómo sacarnos todos esos pulpos que son los estados y que nos atraviesan y que la resistencia se juega también por esos lados. En esta Abya Yala, en esta Matria unida, seguimos queriendo tejer los lazos, de comunicación comunitaria y seguir fortaleciendo las luchas en cada territorios, porque verdaderamente pensamos y sentimos que somos semilla y vamos a seguir multiplicándonos.
L: Pues sí, muchas gracias a vos también por la invitación a poder participar contigo a platicar qué rica conversación sobre la realidad, espero que igual podamos seguir haciéndolo. A toda la audiencia si quieren saber un poco más de Guatemala puede leernos en Prensa Comunitaria, puede investigar sobre los festivales solidarios, estamos en facebook, en blogspot y también hay un colectivo de hermanxs que se llama Red Tzikin que ha hecho audiovisuales y que también cuentan de la realidad de lo que se vive en Guatemala.