Luego del paro internacional de mujeres del pasado 8 de marzo que en nuestro país movilizó cientos de miles de mujeres en todas las provincias, desde Enredando las mañanas, el programa matutino de la RNMA, nos comunicamos con Marina Acosta hermana de Paola, asesinada en contexto de violencia de género en 2014 y que se convirtiera en un caso emblemático de femicidio en la provincia de Córdoba. Por RNMA.
ELM: ¿Nos querés contar las novedades que hay en torno a la causa de tu hermana?
Maru Acosta: El pasado 9 de marzo después de la marcha del 8, tuvimos novedades del tribunal superior de justicia donde se falló a la casación, que habíamos presentado, tras el fallo de la Cámara 11, cuando en setiembre de 2015 a Lizarralde’ lo condenan a prisión perpetua por el asesinato de mi hermana y el intento de Martina (hija de Paola), excluyen el agravante de femicidio. A nosotras nos parecía importante clarificar el motivo del porqué a Paula la había asesinado, también para que quedara registrado como antecedente y como a futuro para que se pudieran utilizar los argumentos en otros casos de femicidio. Cuando se dan a conocer los fundamentos de la Cámara 11, eran realmente misóginos, mostraban la cara más patriarcal de la justicia que tenemos, aseverando que no había una desigualdad de género y por eso no se podía aplicar la figura de femicidio. Una figura que tanto nos costó incluir y que ni siquiera es como una figura independiente, es un agravante y no se aplica desde la justicia. Visto eso presentamos una casación con nuestro abogado como querella apoyados por el ministerio público fiscal porque no lo hacía el fiscal de la Cámara sino solamente la querella y eso se dio solamente una vez en Córdoba, presentamos unos días después en setiembre de 2015.
Un año y medio más tarde, después de la marcha del 8 de marzo, el Tribunal Superior de Justicia, nos avisa que al mediodía iba a fallar al respecto y fue positivo para nosotros. Es decir que la justicia desestimó el pedido de la familia de Lizarralde de anular el juicio, de anular pruebas, quitarle agravantes y demás, tomó en cuenta que el crimen de mi hermana Paola fue un caso de femicidio, no solo estaba agravado por la alevosía, también por la violencia de género con que ocurrió. Creemos que ese fue un paso muy importante en la lucha contra la violencia de género para que sea reconocido como tal desde la justicia, que es una de las batallas de la cuales estamos librando con las movilizaciones y siempre que sacamos nuestras reivindicaciones y documentos es uno de los primeros puntos que surge. Esta misma semana que salió el fallo del caso de mi hermana hubo dos femicidios en la provincia de Córdoba donde había denuncias previas, entonces habla de la importancia que la justicia ponga las miras y los recursos en reconocer la violencia de género y femicidios.
ELM: Hemos compartido espacios donde hemos visto la impunidad del Poder Judicial y la dificultad que tenemos para que reconozcan la violencia de género, no solo la figura del femicidio. No sólo buscan todas las excusas para no aplicarlas sino también reconocer las situaciones previas como tales. Por eso sentíamos cerca la carta que compartiste, en la que agradecías el apoyo a toda esa red si se quiere amorosa y militante que se armó a partir de tu exigencia de justicia. Exigencia que pensamos que no hubiera sido lo mismo sin vos motorizando esa búsqueda. La capacidad de haber podido convertir la situación de Paola, en una herramienta de lucha para todas. Vamos a sentir que nuestra sociedad es más justa al reconocer estas situaciones.
MA: Totalmente. Lo ponía en esa carta, lo decía de esa manera. Primero agradecer todo el apoyo de todos los lados que recibí, creo que uno solo no hace el cambio pero cuando somos un montón peleando por lo mismo, más temprano que tarde vamos a llegar a ver los frutos de aquello por lo cual estamos peleando. En este caso, la justicia por mi hermana que era que se reconociera el agravante que haya justicia para todas es un paso muy importante. Lamentablemente me tocó a mí estar presenciando y acompañando a otras familias en los juicios por los femicidios donde a veces no eran elevadas las causas con el agravante de femicidio. Los mismos fiscales de Cámara se excusaban diciendo que no lo aplicaban o no pedían que el Tribunal lo considere por el fallo que había salido de la Cámara 11 donde habían juzgado el asesinato y femicidio de mi hermana. Eso da una impotencia muy grande, me pasó escucharlo en tres juicios que hoy han sido apelados y que esperemos con este criterio que aplica el Tribunal Superior, puedan ser revertidos y que reciban la condena ejemplar que merecen.
Porque estamos en un terreno en la lucha contra la violencia de género y vamos por delante de la justicia, que está un paso para atrás parece. Los responsables materiales, quienes con sus manos decide acabar con la vida de una mujer por creerla propia, por sentirla inferior, por creer que su vida no vale, no reciben ni siquiera la condena social a veces porque no nos enteramos en muchos casos. Creo que esta mirada que hace el Tribunal Superior de Justicia no es un hecho aislado, no es porque se dieron cuenta de que mágicamente necesitaban reconocer algo, sino es producto de la influencia que ha tenido la sociedad y la crítica constante que hemos realizado contra la institución en cada una de las movilizaciones que nos reunimos, como el Ni Una Menos y antes. La principal crítica que sale es basta de justicia machista y patriarcal que no nos ayuda a evitar las muertes y que cuando están las muertes no las condenan justamente.
ELM: Eso era lo que quería consultarte, no es poco que ese fallo haya sido dado a conocer al día siguiente de la movilización del 8 de marzo, cuando cientos de miles, nos movilizamos en el país exigiendo entre otras cosas lo que vos decías recién, basta de justicia machista. Hay una relación compleja, porque hemos venido haciendo crónicas sobre el aumento de los femicidios, como ves vos este proceso donde hay profundos avances en la conciencia de las mujeres, de las lesbianas, de las trans en torno a identificar la violencia machista y patriarcal y manifestarnos levantarnos contra ella y este patriarcado a través de todos sus instituciones parece recrudecerse y volver al embate.
MA: Son cada vez más crueles los casos que vemos a través de los medios de comunicación, que vemos que se comparten en las redes sociales. Si lo reducimos a una estadística, en cifras no han aumentado en gran cantidad los casos de femicidios, pero sí ha aumentado en la crueldad y en la visibilización, eso es lo que molesta, es lo que más duele y sobre todas las cosas que haya pedidos previos, denuncias previas o señales muy fuertes que hayan emitido quienes hoy ya no están, las víctimas de esos femicidios. Eso hace que nos produzca un escozor más grande, una bronca más grande y una respuesta más grande para salir a exigir que esto deje de suceder. En los últimos tres años que han sido donde yo puntualmente me he puesto a ver los diarios y hacer un Excel porque es la manera que tenemos de contar, no hay un registro oficial, hemos visto que más o menos todos los años sigue siendo la misma cantidad de femicidios, a veces por oleadas más grandes a veces se calma en algunos meses del año, no sabemos por qué motivo exactamente, porque no tenemos una estadística constante que nos permita hacer esos análisis y muchísimo menos desde las instituciones que las deberían hacerlo, una de ellas la justicia. Hay un registro desde la Corte Suprema pero sigue siendo insuficiente.
Creo que es urgente que también exijamos eso, que en el primer Ni Una Menos lo planteamos pero que hoy haya femicidios tiene mucho que ver con que cuando las mujeres salen a pedir ayuda después que se movilizan, que ven que tienen la posibilidad de que hay gente para acompañarlas desde el Estado no hay recursos suficientes, herramientas para dar abasto. Creo que no es casual que la mayoría de los femicidios aquí en Córdoba, suceden en el interior provincial, que es donde menos llega la asistencia, donde menos el acompañamiento y donde menos herramientas tenemos para hacerle frente a un flagelo donde solas no van a poder, que necesitan del apoyo de la sociedad pero principalmente que necesitan un Estado presente en herramientas y en acciones que las ayudaran a salir. Que hoy no haya un plan integral para que las mujeres puedan insertarse en la sociedad a través de un trabajo para tener independencia económica es un problema que produce femicidios. Que hoy en Córdoba haya solo dos refugios para las víctimas de violencia de género es un problema que a la larga provoca femicidios. Que las órdenes de restricción se dicten como si fueran una factura de teléfono o la factura de EPEC [luz], es un problema que a la larga provoca femicidios. Entonces, si saltamos desde el marketing a la acción real podemos retroceder en esa cifra, de lo contrario solo nos quedamos en las buenas intenciones.
ELM: Tampoco es casual que el aviso del registro de femicidios fue días después de una gran movilización y eso da cuenta de que no hay movimiento en el Estado sino están las bases en las calles, más razones para estar allí exigiendo.
MA: Un impulso más para seguir luchándola contra el sistema machista y patriarcal que nos roba la vida este año, de una mujer cada 18 horas y en todo el mundo cada día o más quizás, creo que es urgente que sigamos alzando la voz. El paro internacional de mujeres nos marcó el camino así que hay que seguir luchando, como ponía en mi facebook cuando estaba desbordada por esta buena que nos había tocado por el Tribunal Superior de Justicia, hay que seguir peleando porque la violencia de género tiene que ser un mal recuerdo.