Por Natalia Di Marco para Zumba la Turba y Marcha. En la mañana del martes 23 de mayo, integrantes de la Mesa por la Libertad de Dahyana Gorosito brindaron una conferencia de prensa con el fin de difundir las últimas novedades de la causa en la que se juzga a la joven por la muerte de su beba recién nacida a manos de su pareja.
A una semana de que Dahyana recuperara su libertad luego de un año de injusta prisión, las integrantes de la Mesa de Trabajo Libertad para Dahyana compartieron detalles del proceso judicial que continúa en los tribunales cordobeses, pero hoy con la joven en libertad y con nuevas posibilidades de rehacer su vida junto a su hijo de 4 años.
Cabe recordar que en la madrugada del 19 de mayo de 2016, Luis Oroná, en ese entonces la pareja de Dahyana, la obligó a parir en un descampado de la localidad de Unquillo (Córdoba), llevándose a la beba recién nacida que fue hallada muerta semanas después. Posteriormente, la Fiscal Balestrini decidió imputarla por homicidio agravado por el vínculo por omisión, por entender que ella debió haber intervenido para impedir que Oroná se llevara a la beba.
Las abogadas Mariela Guevara y Melina Canesini, integrantes del Espacio Jurídico Deodoro Roca y patrocinantes de Dahyana, reconstruyeron lo sucedido en las últimas semanas, a partir de que se diera a conocer el 17 de mayo el fallo de la Cámara de Acusación. En el mismo, explica Guevara, la Cámara decide ratificar la elevación a juicio de la causa pero también “manifiesta que existen indicios de violencia de género, que la fiscalía y el juzgado de control no habían hecho un análisis con perspectiva de género, algo que están obligados por las convenciones internacionales. Indicios que señalan que Dahyana en realidad no pudo actuar ni tenía su voluntad libre por estar en condiciones de violencia de género”.
El llamado de atención de la Cámara, consensuado entre sus tres miembros, es fundamental ya que afirman que ni la fiscal de violencia Mercedes Balestrini ni el Juzgado de Control Nº 6 abordaron la causa desde una perspectiva de género, y por lo tanto no tuvieron en cuenta ni consideraron “un montón de prueba que indicaba justamente toda esta condición y situación en su vida”. En palabras de la Dra. Farias, que directamente considera que está acreditada la inocencia de Dahyana, la joven “no tuvo posibilidades de actuar y correspondería el sobreseimiento”. Los otros dos integrantes, aunque coincidieron en la falta de abordaje de género, entendieron necesaria todavía la instancia del juicio oral y público. “Por ende -continúa la abogada-, con dos votos contra uno se confirma y va a juicio pero justamente para debatir estos puntos, si realmente ella pudo salir como la acusa la fiscalía, en una posición de garante y haber impedido que su pareja en ese momento se lleve a la beba y suceda lo que sucedió”. Desde la defensa de Dahyana se solicitará la absolución “justamente por seguir convencidas de que ella es inocente y que no tuvo posibilidades de actuar y de que es también víctima de quien fue su pareja y sufría violencia por él”.
Además, su relevancia excede la situación de Dahyana ya que está indicando que “ésta es una forma de mirar las causas en las que están involucradas las mujeres. Hay que tener en cuenta una serie de condiciones de su propia vida que si no se las aborda desde una perspectiva de género quedan invisibilizadas y pueden pasar a ser criminalizadas (…) Creemos que eso es crucial y a su vez que el fallo manifiesta, justamente, las convenciones, las leyes que rigen en la Argentina con respecto a la violencia hacia las mujeres”. Cualquier semejanza con lo sucedido con Reina Maraz en Buenos Aires, o Belén en Tucumán, no es pura coincidencia.
La abogada señala además que uno de los antecedentes citados fue “el de [Gonzalo] Lizarralde, donde el Tribunal Superior de Córdoba da vuelta el fallo de la Cámara justamente porque no se tuvo en cuenta esta perspectiva de género”. En ese fallo, el TSJ estableció que el crimen de Paola Acosta se trató efectivamente un femicidio, señalando asimismo el marco de la violencia de género en el que ocurrió.
Aunque aun no se conoce la fecha en que se sustanciará el juicio de Dahyana, sí se dio a conocer que estará a cargo de la Cámara del Crimen 12a.
Para cada una, la libertad
Mariela no duda cuando le preguntan a qué se debió el giro en el abordaje jurídico de la situación de Dahyana. “Creemos -afirma- que se debe a la movilización social, desde el espacio Deodoro Roca, más la Mesa por la Libertad para Dahyana, todo el trabajo que se hizo con las organizaciones, el trabajo público, me parece que eso fue importante para poner de manifiesto toda esta situación”.
Así como con Reina y Belén, la vida de Dahyana cambió cuando su causa llegó a oídos y manos de espacios de militancia feminista, que exigen una lectura de las decisiones judiciales que vaya más allá de lo netamente técnico-jurídico para enmarcarlas en las estructuras patriarcales de poder que atraviesan las instituciones. Denunciar en el espacio público esas estructuras y su materialización en fallos profundamente sesgados por el machismo es parte de la tarea que estos espacios asumen cuando toman como propia la reivindicación de libertad y justicia para estas mujeres víctimas de múltiples violencias. Además del acompañamiento afectivo y de todo tipo a las mujeres y jóvenes injustamente criminalizadas.
Melina Canesini, otra de las abogadas del Deodoro, recupera el trabajo de la Mesa de Libertad para Dahyana en el espacio de organización de la marcha #NiUnaMenos que tendrá lugar el próximo 3 de junio, donde, explica, “habíamos pedido la libertad por Dahyana. Creo que la consigna general también está en esto de abajo la justicia patriarcal, que los femicidios son causas muy vinculadas a la violencia de género y que [la libertad de Dahyana] tiene un impacto positivo. Sabemos -afirma- que la lucha de las mujeres organizadas nos lleva a conseguir estas reivindicaciones, estas pequeñas batallas ganadas”.
Las integrantes de la Mesa coinciden en que aún resta un largo camino de trabajo y movilización, ahora junto a Dahyana libre, acompañando su proceso y visibilizando el caso en pos de la absolución total y definitiva. Para que de este modo Dahyana pueda, a sus muy jóvenes 21 años, proyectar y concretar la vida que desea junto a su hijo.