El 15 de junio en el Cine Gaumont se estrenó “La cena blanca de Romina”, un documental dirigido por Francisco Rizzi y Hernán Martín que recupera la historia de Romina Tejerina, la joven condenada por matar a su beba producto de una violación en Jujuy, que quedó impune. La “cena blanca” hace referencia a la noche en la cual las jóvenes jujeñas celebran el fin de su escuela secundaria. Una instancia vital que Romina no pudo atravesar por encontrarse privada de su libertad. Desde el Enredando las Mañanas conversamos con Hernán Martín, uno de los realizadores.
Hernán nos manifestaba que “nos impactó de entrada el caso, y nos impactó también cómo se comenzaron a organizar las mujeres y los hombres para luchar por su libertad. Nos pareció interesante partir del caso de Romina, que es una situación extrema a la que llevan todos los estadíos de la violencia hacia la mujer”.
El director señala que lo característico de la situación atravesada por Romina es que “incluye todas las etapas de la violencia hacia la mujer y cuando nos fuimos a meter en Jujuy vimos que se podía desentramar todos los condicionamientos sociales, culturales, políticos, que llevan a una chica de 17 o 18 años a esta situación extrema. De alguna manera nos enfocamos en el caso de Romina para poder desentramar todo lo que hay alrededor de esto y no extraer solo en el caso de romina, sino mostrar que estos mecanismos funcionan a nivel general no solo en San Pedro de Jujuy”.
La gacetilla que difundió el estreno refleja esta perspectiva: “Romina parió en un baño, sola, una beba prematura, y la mató. Dijo que vio en ella la cara de su violador. Había ocultado el embarazo. En el hospital negaron la autopsia que hubiera confirmado el tiempo de gestación, si era aborto o infanticidio. Del hospital fue a la cárcel. La secretaria de Derechos Humanos provincial pidió perpetua para esa chica pobre y rebelde que, como decía la fiscal, bailaba con polleras cortísimas. El cura organizó misas callejeras para que se resignara y no apelara la condena. El intendente opinó que a nadie la violan si no quiere”.
El trabajo de los directores, con guión de Olga Viglieca, es fruto de diez años de trabajo. Martín señala que el proyecto fue originalmente escrito en 2007, apenas un año después de que el Encuentro Nacional de Mujeres se realizara en Jujuy y miles fueran a rodear el penal para exigir la libertad de Romina. Luego de que el INCAA aprobara el proyecto en 2009, Martín y Rizzi viajaron dos veces a San Pedro y a San Salvador de Jujuy, en el año 2012 y 2014. Entre medio, luego de cumplir 9 años privada de su libertad, Romina fue liberada, cuando ya tenía 29 años. Los años que rodearon este trabajo, explica el director, hicieron que fuera empalmando “también con el movimiento de mujeres que se nacionalizó e incluso se internacionalizó con el #NiUnaMenos, los paros de mujeres. Nosotros concebimos la película desde un principio como un aporte a la lucha por su libertad (…) la vemos como un aporte a la lucha por todas las Rominas que lamentablemente sigue habiendo”.
Al respecto, explica Martín, “esta película puede aportar porque da cuenta cómo el problema de la violencia hacia la mujer no es un problema individual, ni de Romina ni de ninguna de las mujeres en particular, ni incluso de los hombres, sino que es una estructura construida socialmente en la cual está involucrado, por supuesto, el estado, en todas sus formas”.
En relación a la difusión, la idea de los realizadores es que el documental se proyecte durante dos semanas en el cine Gaumont y luego circule por cines del resto del país y, explica Martín, “también no sólo en cines, sino en las organizaciones de mujeres que quieran utilizarla como un disparador de un debate”.