Tras 10 días de paro total de lxs trabajadorxs de transporte urbano de pasajerxs en la ciudad Córdoba, la victoria parecia estar del lado de lxs obrerxs con un acuerdo homologado en el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Córdoba. Pero éste fue desconocido horas después por la patronal. En la empresa estatal despidieron al 40 % de la planta, y todas son mujeres. Mañana jueves, retoman las medidas de lucha.

En el Enredando las Mañanas del lunes 19 de junio nos comunicamos con Sonia Beas, una de las delegadas de lxs trabajadorxs del  transporte, para ahondar en la situación actual del conflicto que retuvo la atención de toda la sociedad durante los días anteriores.

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A la fecha, los plazos para la reincorporación de lxs trabjadorxs se encuentran vencidos y mañana jueves desde las 9:30 horas se realizará una nueva protesta en la intersección de las calles General Paz y Deán Funes para definir las medidas a tomar. En esa situación se encuentran 60 empleadxs de Tamse, 45 de Aucor, 37 de Ersa y 19 de Coniferal. Además del no cumplimiento de las demás reivindicaciones de lxs trabajadorxs del transporte urbano de pasajerxs de la Ciudad de Córdoba, plasmadas en un acuerdo homologado en el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Córdoba. Desconocido horas después de su firma por la patronal de las empresas transportistas, que incluye a la estatal Tamse. Fue el intendente de la Ciudad de Córdoba el primero en plantear que ningunx trabajador debería ser reincorporado, y destacarlo como un acto ejemplificador para la clase trabajaora.

Luego de una fuerte lucha de lxs trabajadorxs y de idas y vueltas en las negociaciones, Sonia expresa que lo que sienten en la actualidad es un sinsabor, “porque cuando vamos a cerrar el acuerdo ningún trabajador iba a quedar afuera, no existían suspensiones ni sanciones. Sin embargo, a pesar de lo que nos firmaron las patronales, el poder concedente y la Provincia a través del Ministro de Trabajo Omar Sereno, las empresas decidieron hacer caso omiso, no respetaron la conciliación obligatoria y ahora no le están permitiendo volver a trabajar a aquellas compañeras que tenían las distintas notificaciones y telegramas”.

Sonia recordó al aire el proceso por el que lxs delegadxs consultaron con las bases un acuerdo ofrecido por el Ministro de Trabajo que luego fue desconocido por las patronales y el ejecutivo municipal y señaló la “actitud misógina del Intendente, porque nuestra empresa de trolebuses solamente abarca un 6% del personal de conducción de UTA (unxs 3800 trabajadorxs) y para trolebuses hay un 40 % de personal impedido de trabajar, cuando en las otras empresas no son más de un 3%”. La delegada gremial no duda en afirmar que “entendemos que hay una actitud de persecución, de discriminación, de violencia de género (…) y no lo vamos a dejar pasar, estamos dispuestas a hacer todo lo que sea posible, para que se respete el acta firmada, para que nuestras compañeras vuelvan a trabajar porque es lo que corresponde”.

Al respecto, las delegadas ya hicieron una primer presentación frente al INADI y desde el espacio de #NiUNaMenos en Buenos Aires se convocó a una movilización a la Casa de Córdoba  exigiendo la reincorporación de las trabajadoras de trolebuses.

El acuerdo que no fue

La conductora de trolebús comparte los detalles del acuerdo que no llegó a ser: “además de la reincorporación, que en ese momento era lo más importante -lo que querían los trabajadores era asegurarse  que no hubiera ningún despedido, ni sancionados, ni denuncias-, las empresas también estaban dispuestas a que el tema de los salarios se conversaran, particularmente con cada cuerpo de delegados, para que no sufrieran los descuentos”.

El reclamo de lxs trabajadorxs del transporte tiene antecedentes de mucho tiempo, ya que vienen realizando reclamos y presentaciones ante diversos órganos desde hace nueve años.  “Las empresas -explica la delegada- se han ahorrado por cada trabajador entre 700 y 900 mil pesos, en todos estos años”. Es por eso que entiende que no hubo nada intempestivo en el plan de lucha, ya que, entiende, “el diálogo también tenía un límite, y lo habíamos anticipado (…) los últimos meses habíamos tenido muchas jornadas de autoconvocatorias, todas sin dejar de trabajar, en organizaciones pacíficas, para tratar de que nos escuchen. Todo el espectro político y empresarial decidió mirar para otro lado, hacer oídos sordos y fue lo que nos llevó a estas medidas”.

El primer rechazo a las negociaciones, recuerda Beas, vino de UTA nacional, dirigida por Roberto Fernández. El mismo, afirma, “le prohibió a las empresas que firmen un acuerdo, porque eso lo ponía en un brete a él, que después posiblemente iba a tener reclamos en todo el país. Y como condición les dijo a los empresarios: ‘Si ustedes firman ese acuerdo, les voy a  quitar los subsidios’”.

La estrategia de la UTA Nacional implica, relata Sonia, tener “a los compañeros despedidos como rehenes, coaccionados en este conflicto, ya que les han dicho que no deben juntarse con los delegados, no deben intentar realizar ningún plan de acción con los delegados. Los han llevado a un campo de concentración que tienen en las afueras de la ciudad en Guiñazú. Ahí intentan inculcarle todos los miedos, hacerles creer que ellos son los responsables de todo lo que está pasando por seguir a un grupo de delegados que solamente intentó que se respeten nuestros derechos (…) Solamente tienen que estar reservados y a la espera de que la UTA nacional les devuelva a cuentagotas el trabajo. Los cuerpos de delegados vamos a ser respetuosos de esa decisión de algunos compañeros que quieren esperar esto, pero sabemos bien que más temprano que tarde, esto se va a acabar porque la UTA no pretende hacer entrar  al conjunto de los trabajadores (…) Pero también hay un grupo grande de compañeros que quiere salir a luchar y con ellos vamos a estar después del miércoles, que es el plazo que le han puesto para ver qué les resuelve la UTA nacional”.

La actitud de la UTA Nacional ha sido en ese sentido, pedirle a las bases que desconozcan a sus delegadxs, condicionando su reincorporación. Al respecto, la delegada explica que “Nosotros los delegados de trolebuses les planteamos  a las compañeras que si era necesario y si había garantías de que ellas volvían todas a trabajar, nosotros no teníamos ningún inconveniente de firmar (…) Pero eso con la prensa de garantía para que se cumpla, porque hoy hay un acta firmada donde dice que nadie está afuera y sin embargo hay 60 compañeras que no pueden volver a trabajar  (…) Entonces hoy en día ir a firmar algo no es garantía de nada (…) No podemos caer nuevamente en ese juego de la burocracia salvo que realmente se garantice que las compañeras vuelvan”.

La lucha que llevaron adelante las trabajadoras y trabajadores del transporte fue una verdadera referencia para gran parte de la clase trabajadora, ya que apuntaba a alcanzar condiciones de trabajo que tuvieran relación con las necesidades reales y concretas que está atravesando, en un contexto de inflación creciente y precarización laboral. Por eso, también las actitudes de la patronal y el gobierno tienen un carácter “aleccionador”.

Al respecto, Sonia insiste “Nosotros estamos acá, no hemos abandonado esta lucha, ni por la recomposición, ni porque se respeten los traslados como tiene que ser, ni por los despedidos, ni por las horas caídas, que corresponde que sean abonadas. Nosotros llevamos más de 9 años que las patronales que han hecho retenciones de haberes y sin embargo a ellos no los disciplina nadie. Somos nosotros los únicos que tenemos que estar disciplinados por reclamar lo que es justo. Sabemos bien que este tipo de represión, de avasallamiento de derechos, de extorsiones, y persecuciones, las tenemos todos los trabajadores de la UTA y todos los trabajadores del país. Que hoy han venido por nosotras y van a seguir viniendo por el resto. No les vamos a dar el brazo a torcer y vamos a seguir luchando”.