Coyuntura venezolana: balance del simulacro de elección de la Asamblea Nacional Constituyente y la consulta convocada por la derecha. En medio de la guerra económica, el bloqueo internacional, el cerco informativo, y la violencia inducida en las calles, el pueblo venezolano apostó por la democracia, respaldando las elecciones del 30 de julio.
Siguiendo con el análisis de la realidad venezolana en días cruciales para el futuro del proceso bolivariano, el pasado lunes 17 de julio nos comunicamos desde el Enredando las Mañanas con Ambar García, de Alba TV para conversar acerca de dos eventos que tuvieron lugar el domingo: el simulacro de elección de la Asamblea Nacional Constituyente y la consulta convocada por la derecha.
La jornada del lunes era una fecha ansiosamente esperada por gran parte de la oposición venezolana, a quien su dirigencia había prometido que sería el día de la definitiva caída del gobierno del presidente Nicolás Maduro, luego del plebiscito. Sin embargo, la nota que marcó el día fue la poca acatación al llamado de la derecha venezolana, y como contracara, la masiva participación en el ensayo de votación para la Asamblea Nacional Constituyente del próximo 30 de julio.
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Para empezar a comprender este entramado, Ambar analiza el carácter del llamado de la oposición a un plebiscito nacional. Un evento que, explica, “fue cambiando tanto en símbolos como en intencionalidades: que era totalmente ilegal, que fue el convocado por la llamada Mesa de la Unidad Democrática, la coalición de derecha, de corte reaccionario, en contra del presidente Nicolás Maduro”. También señala lo que implica en el plano simbólico este llamado que: “representa para nosotros y nosotras en el imaginario venezolano lo más cercano a las consultas de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. La única dictadura que hemos vivido acá en Venezuela, al menos de corte militar. Hubo una mimetización de esa intención bajo una llamada consulta nacional por la democracia, por la defensa de la constitución; que en realidad lo que buscaba era animar a las fuerzas militares del país, a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, a sublevarse en contra del presidente Nicolás Maduro, en torno a eso giraban las preguntas”.
La comunicadora manifiesta que lo sucedido este fin de semana sorprendió a las propias fuerzas chavistas, preocupadas por la incidencia de más de cien días de campaña de violencia opositora, de persecución política como “hecho masivo”. Explica que: “las guarimbas, que nosotros hemos denominado también acciones de corte terrorista, es una insurgencia en contra de lo que nos estamos enfrentando aquí en Venezuela que cercenó durante más de 100 cien la capacidad de movilización de la gente”.
En definitiva, lo que quería ser una muestra de fuerza de la derecha para legitimar un “gobierno paralelo”, en la que se esperaba la participación de más de 20 millones de venezolanos y venezolanas, “no logró convocar a más de 7 millones de personas -continúa Ámbar-, y eso en cifras que no tienen manera de ser verificadas”. Sobre la imposibilidad de corroborar estas cifras, la comunicadora se refiere a que los cuadernos donde firmaban las personas que acudieron a la consulta “fueron quemados a medida que iban cerrando los puntos de votación. Y nos sorprende porque las mismas personas que participaron en esa llamada estaban profundamente decepcionadas porque no se explican cómo, si las cifras que daban los voceros de la derecha eran ciertas, ayer no había caído el gobierno del presidente Nicolás Maduro”.
Como contrapartida, en oposición a lo sucedido en la consulta, la integrante de Alba TV señala que en el simulacro de votación para la Asamblea Nacional Constituyente “se registró una participación altamente masiva. Sorprendente tanto para nosotros como para los compañeros y compañeras de medios internacionales que estaban acá, porque la gente salió al simulacro de forma masiva, dando un respaldo a la democracia, dando un respaldo al diálogo nacional. Un diálogo nacional que supere las cúpulas, tanto del gobierno, como de la iglesia, como de la oposición”.
Claro que no todo fue tranquilidad y, a pesar de que se evitó expresamente generar cualquier tipo de confrontación desde el chavismo, “lamentablemente hubo un hecho de confrontación al oeste de la ciudad (…), en Catia, donde un grupo de personas que participaba de la mencionada consulta agredió a la convocatoria al simulacro. Y se dio una confrontación donde de parte de la oposición hubo detonaciones por arma de fuego y resultaron fallecidas dos compañeras militantes del PSUV”.
A pesar de este hecho, la sensación que primó, recupera Ámbar, fue que “la gente ayer quedó super motivada, gratamente sorprendidos, que ante la guerra económica, el bloqueo internacional, las matrices informativas, la violencia inducida a la que estamos siendo sometidos, el pueblo priorizó salir a la calle y votar por la paz. O sea, hacer un simulacro donde la apuesta haga que el 30 de julio resolvamos esto de manera soberana, autodeterminados y bajo el marco legal que rige a la República Bolivariana de Venezuela”.
Guerra simbólica y mediática
La violencia desplegada en Venezuela tiene un claro objetivo desestabilizador que, a pesar de haber pasado ya cien días, no ha logrado prender de manera masiva en la sociedad. Por el contrario, se ha focalizado y recrudecido, mientras que de alguna manera, a partir de la convocatoria a la ANC, el chavismo se ha revitalizado y ha vuelto a tomar las calles.
Para la periodista, esto se vincula con la dimensión simbólica de la lucha que se está dando en el país y analiza: “Venezuela es un gran laboratorio de la simbología, unas de carácter inducido y otras que realmente tienen un relato, una vinculación con la idiosincrasia de los venezolanos y las venezolanas”. En ese aspecto, señala, esta semana hubo dos eventos relevantes. Uno de ellos, el despliegue de una enorme pancarta por la paz y la constituyente que realizó la Plataforma Popular Constituyente (una coalición de movimientos sociales que se están proponiendo para la ANC), en el distribuidor Altamira. La importancia de este gesto está vinculado con que Altamira “ha sido un escenario de violencia internacional, las fotografías que se han tomado de toda la confrontación entre las fuerzas terroristas y los cuerpos de seguridad son en ese punto, donde está también la base aérea La Carlota”. Esta acción, sostiene Ambar, “remoralizó de una manera increíble al chavismo, el chavismo se sintió como que estamos dando conquistas y que así se puede conquistar, desde la paz, desde la concordia, desde el entendimiento. Pero desde defender el derecho a existir los espacios que han sido arrebatados para la colectividad por parte de la derecha”.
Este escenario difiere profundamente de lo que los medios internacionales retratan al hablar de Venezuela y la periodista insiste “¡duden! Duden cuando informativamente les lleguen noticias de que en Venezuela el chavismo desapareció, que el gobierno está debilitado, que hay una acción en pro de los DDHH, que los intereses son los del pueblo los que están luchando en contra del presidente Nicolás Maduro, duden cuando sea Clarín el que se los diga, cuando sea El Mercurio, cuando sea O Globo quien se los diga. Dudemos, dudemos, y pongamos en duda porque aquí, en Venezuela, se está debatiendo la posibilidad de existir de toda una fuerza política histórica que es la del pueblo. La del pueblo llano, la del pueblo más allá de la burocracia”.
Al respecto, sostiene una posición crítica “hay miles de cuestionamientos, hay cosas a revisar, pero tenemos el derecho de decidir eso de manera independiente, de manera autodeterminada y sin incidencia internacional. Porque aquí la cara que le estamos viendo todos los días al imperialismo norteamericano. Y cuando las posturas dentro de la izquierda se parecen a las del Departamento de Estado de los Estados Unidos: creo que es necesario que dudemos”. Lo que está en juego, insiste, es el imaginario de integración latinoamericana.
Para refrendar el análisis, basta señalar que el mismo día de esta entrevista, el Departamento de Estado de EE.UU. dio a conocer un comunicado en el que habla de un “Inequívoco mensaje del pueblo venezolano”, y llama al gobierno bolivariano a abandonar la propuesta de la ANC. Así como insta a los gobiernos de la región a presionar al presidente Maduro en ese sentido.
¿Qué se juega el 30 de julio?
Para la integrante de Alba TV, la ANC es hoy la afirmación más legítima de “decirle a todo el pueblo: debatamos en amplios criterios y con amplia capacidad de decisión el destino del país, pero no desde la violencia. Entonces, esto que ocurrió ayer fue un espaldarazo a la libertad. Sonará un eufemismo, pero no, es a la libertad. El derecho a decidir, a transitar, a movilizarnos, a opinar, a votar, a decidir. Contra una llamada a ratificar, en un escenario de violencia, un golpe de estado militar (..) Esa es la lectura que tenemos que poner sobre la mesa”.
Pero además se suma otro elemento, y es que, entiende Ámbar, el proceso de campaña es en sí también “un campo de batalla. No es solo ir a la Constituyente, sino con qué perspectiva programática ir a la Constituyente. Entonces hay una plataforma de Movimientos Sociales donde nosotros venimos haciendo mucha fuerza porque creemos que no basta solo votar, es votar por una apuesta de profundización”.