Al aire del programa especial “Elecciones en Venezuela”, este domingo 30 de julio hablamos con Marco Teruggi, comunicador internacionalista de origen argentino.
El comunicador comentaba que la participación del pueblo en este proceso electoral ha sido masiva y que, por el contrario, la derecha mostró muy poca capacidad de movilización en la calle. Sin embargo, esto lo tradujo en el desarrollo de acciones muy violentas, como las explosiones que han dejado heridos a integrantes de la Guardia Nacional Bolivariana.
Desde la perspectiva de Teruggi, a pesar de las dificultades y tormentas, el chavismo logró llevar adelante las elecciones en este contexto. Elecciones para un proceso constituyente que, explica, tiene dos tiempos: el primero, hacer que este conflicto político antagónico se dirima mediante las elecciones democráticas y un segundo momento, que implica consolidar el proceso.
Esta consolidación tiene entre uno de los temas centrales para muchos sectores del Chavismo el de la constitucionalización de las comunas, con el objetivo de que aún en en caso de que cambiara el gobierno, no sea tan fácil arremeter con esta otra forma de organización que es donde se plasma más fielmente el proyecto planteado por Hugo Chávez.
La centralidad de este proceso, explica, más allá del momento político en el que se opta por la Constituyente ante un conflicto con la derecha, tiene que ver con la profundización de la Revolución Bolivariana. Teruggi la ve como una gran oportunidad, y se arriesga a señalar que no son muchos los países que efectivamente se han atrevido a abrir las compuertas de la participación al pueblo para que decidan cómo quieren que sea la constitución de su país. Por esta razón, no puede contener la indignación cuando ve a otros gobiernos decir que Venezuela no es democrática.
Esta participación que se pone en marcha con el proceso constituyente, este componente popular, está expresado -comparte el periodista argentino-, en que lxs constituyentistas serán elegidxs por sectores con lo que estarán presentes personas provenientes de los territorios, de los trabajadores, de las comunas, de los pueblos originarios, entre otros.
Esta diversidad popular, entiende Teruggi, abrirá un debate que le hará muy bien al Chavismo, que se encontraba con la mirada volcada a una dimensión más estatal del proceso y reticente a la participación popular y comunal. Esta constituyente abrirá a una sana disputa para que los sectores con visión más comunalista puedan plantear su fuerza, entendiendo a las comunas como la organización política de los territorios, pero también con la economía, la defensa de la seguridad de las comunidades, etc.
Una lectura continental
Teruggi plantea la importancia de leer estas elecciones y esta lucha en Venezuela en una perspectiva continental. En este sentido, la relevancia del proceso bolivariano tiene que ver, en primer lugar, con el proyecto en sí planteado por Chávez y la Rev. Bolivariana, que es construir una sociedad no capitalista, un desafío político en un nivel muy amplio. De ahí la radical importancia de las comunas. Incluso, dentro del llamado ciclo progresista en América Latina, justamente el autor entiende que el Chavismo no hizo un planteo progresista, sino una transformación real y profunda. Entonces hay que entender que, dentro del intento de derrocamiento, hay un intento de derrocamiento de las ideas, un intento de extirpar el proceso en sí que constituye para la derecha internacional una amenaza en término de las ideas, no solo por el socialismo, sino también por la integración latinoamericana de la que Venezuela ha sido un importante motor. La derecha continental y EE.UU., explica Teruggi, quieren hacerle pagar esto a Venezuela.
Por eso, continúa, hay que entender que esta coyuntura no se trata de la derecha venezolana vs Venezuela, sino de EE.UU. recomponiendo el poder en el continente. El triunfo de la derecha sería una asfixia para otros procesos en América Latina. Y allí radica la responsabilidad de los pueblos de todo el continente, que deben defender a Venezuela no acríticamente, pero sí sabiendo lo que significa.
Por último, afirma, es difícil que creamos que nuestros países puedan pensar en proyectos populares rodeados de gobiernos conservadores. Los tiempos de cada país están atados a los del continente.
El antes y el después del 30 de julio
Teruggi introduce otros elementos para comprender el ataque de la derecha en Venezuela, para lo que es necesario entender que estamos frente a un golpe de estado que no se parece a los de los 70, pero tampoco al de Honduras ni Paraguay. El sociólogo de origen argentino plantea que hay que leer el golpe contra Maduro en términos de un proceso continuado que actúa desde hace tres o cuatro años sobre la economía, la comunicación, la política,etc. Lo que estamos viviendo en estos días, explica, es un emergente del golpe, que se expresa ahora porque entienden que está madura la derecha para tomar el poder y mañana, 31 de julio, continuará. La derecha sostiene todavía la postura de que no va a reconocer la Asamblea Nacional Constituyente, pero no cuenta con la fuerza material concreta que pueda imponer esa posición, analiza. Intenta armar un gobierno paralelo, pero no tiene cómo hacer que eso tenga fuerza real, capacidad de poder.
Un fecha clave para interpretar los próximos movimientos de la derecha será, en agosto, la inscripción de lxs candidatxs para las elecciones a gobernador. Si no lo hacen, explica Teruggi, será que se instalaron los sectores que plantean que la salida es por la violencia, descartando la vía electoral.
Sin embargo, señala el periodista para finalizar, la mayoría de la sociedad venezolana, incluso más allá de su consideración del Chavismo, no está avalando el escenario de violencia frontal que plantea la derecha más radical.