Desde hace 80 días, compañeras trolebuseras mantienen una carpa frente a la Municipalidad exigiendo la reincorporación de las 68 trabajadoras despedidas luego de las acciones de lucha de principios de junio. Los únicos documentos que verifican las situación de las despedidas son 30 telegramas y una lista de nombres de las personas que tienen prohibido el ingreso a la empresa. A pesar de los intentos de diálogo de las mujeres, Ramón Mestre sigue haciendo oídos sordos en concomitancia con la patronal y la UTA. Desde Zumba la Turba, entrevistamos en la carpa de la dignidad a Erika Oliva y Graciela.
La delegada Erika Oliva, quien se convirtió con sus compañeras en un símbolo de lxs trabajadorxs en la lucha por los puestos de trabajo, sostenía frente al micrófono de Zumba: “Necesitamos que los secretarios gremiales y las dos CGT tomen medidas más contundentes, porque no pueden mirar hacia un costado, tienen que ver que hay 246 despedidos en Plascar, 183 en UTA, en el Mariano Max están despidiendo a gente también y están en pésimas condiciones (…) Despues del 22 de octubre se van a hacer fehacientes todos esos despidos, y no los va a frenar nadie si llega a ganar esta política del reajuste. Se necesitan medidas contundentes para apoyar al obrero. Pero la llama sigue encendida, sigue acá en la carpa (…) Nosotras estamos resistiendo (…) Queremos recuperar nuestra dignidad y nuestros derechos, no estamos pidiendo nada más ni nada menos.”