La décimo octava edición del Cosquín Rock presentó entre sus novedades el escenario Córdoba Rockea, donde las banda que habitualmente animan los clubes nocturnos del circuito under de la ciudad tuvieron la oportunidad de mostrar el producto de sus proyectos artísticos.
Por Pablo Nicolas Angulo.
Decir que Córdoba llegó a Cosquín es una frase que en cualquier otro contexto es un sinsentido, pero siempre se supo que dentro de este festival un lugar en la grilla para un conjunto cordobés era un verdadero privilegio y en muchos casos una chance difícilmente repetible, alcanzada para dos o tres ganadores del concurso pre-cosquín. Esta edición 2018 fue diferente. Por fin, después de muchos años el rock de la provincia que aloja el evento tuvo a numerosos representantes, saldando una deuda y un reclamo de años.
El escenario Córdoba Rockea alojó dieciocho bandas cada jornada y estuvo incluido dentro del espacio “Córdoba X”, que nucleó también a puestos de información turística, muestras de deportes extremos y un auspicioso aporte del gobierno provincial. Para muchos fue sólo un sitio de paso hacia el escenario temático y una más de los tantos estímulos que se encuentran dentro del predio. Pero para quienes habitan la movida del rock local la significación obviamente era otra, era la chance de dejar en evidencia el talento y esfuerzo que realizan artistas cordobeses para ofrecer un show que sin problema está al nivel de un festival internacional, en Córdoba o en cualquier parte.
El histórico grupo Hammer dio cierre a la primera jornada y los Cony la Tuquera hicieron lo propio con su jovial ska fusión en la segunda. Entre los números principales en trayectoria y presente se destacaron: el sábado Alvacío, Paris Paris Music, Santa Kim y Juan Terrenal y el domingo Malpaso, Armando Flores, Los Cocaleros, Los Monkys y Cuatro al Hilo.
Cierto es que la asistencia a este escenario no fue numerosa, rondando un centenar de personas entre el público en los momentos pico. Difícil se hace cuando en simultáneo en el principal está tocando Skay y en el temático Los Pericos, o Ciro y Dancing Mood, o The Offspring y Carajo. Eso sin contar las propuestas de otros escenarios alternativos. En ese marco, difícil era tener otras expectativas respecto de la convocatoria, el punto débil de siempre de casi todos los músicos cordobeses, que se replicó en el festival serrano.
Pero no sólo en este espacio exclusivo hubo presencia de grupos de rock de la docta, también en el Escenario Garage se podía encontrar, por ejemplo,el metal de GTX y la psicodelia pesada de Hijo de la Tormenta, proyectos muy aceitados y con un rodaje que les valió ganarse ese lugar en la grilla a horarios realmente centrales.
Pensar al hiperpublicitado y marketinero Cosquín Rock como un producto banal, puramente empresarial es sin duda una conclusión lineal y simplista que no permite comprender el valor real que tiene como evento cultural, más allá de las ganancias que se lleva la productora sponsoreada por empresas monopólicas. Sería desconocer la experiencia subjetiva de cada uno de los participantes entre los cuales se encuentran artistas respetables que van con la genuina intención de reunirse con su público en un acontecimiento masivo.
Estas experiencias permiten darle sentido a las jornadas del 10 y 11 de Febrero para bandas cordobesas, cuyos integrantestodos los días de todas las semanas asisten a sus empleos como cualquier ciudadano de a pie y en ese trajín diario logran encontrar los tiempos para sostener ensayos, composiciones, grabaciones y recitales. Todo que en la complicada escena local, donde los músicos muchas veces se ven ante la penosa situación de tener que pagar para tocar en determinados locales. Conociendo esta cotidiana lucha, resulta difícil no considerar esta instancia como una interesante conquista en un territorio de disputa de un espacio que es indispensable ocupar.
Declaraciones para Zumba la Turba
Hugo, tecladista de Alvacío: “Fue la tercera oportunidad que estuvimos en el Cosquín Rock. Es un festival que lleva siempre una previa de ansiedad y laburo. Preparamos para la presentación temas del material que se está grabando actualmente y con un medley de todo el primer disco. Un placer compartir escena con tremendas bandas, día a día se levanta la vara para las bandas de Córdoba. Hay que trabajar duro para estar a la altura”.
Lustra, voz de Los Cocaleros: “La experiencia de Casquín siempre es entretenida, como banda nos hace pasar varios días juntos y eso es muy gratificante. Lo que tiene que ver con la convocatoria y el armado del escenario dentro del previo es algo para que lo expliquen los productores, el escenario estaba totalmente a contramano del paso común de la gente en relación a los escenarios más grandes y a las propuestas principales, por ahí eso hizo que mucha gente no tuviera como una opción el escenario de Córdoba Rockea. Esto no quita que la producción se haya relacionado muy bien con las bandas, el trato fue bueno. El escenario en sí estaba bien armado y tenía buen sonido”.
Gonzalo Argenti y Nicolás Caprari de La Tico: “Fue bueno el trato. Que se le haya dado un escenario a las bandas de Córdoba estuvo bueno. Dentro de la producción se destaca el laburo de los sonidistas. Nosotros nos sentimos muy cómodos” “Más allá de lo del Cosquín, la movida de Córdoba creció mucho, la gente está apostando de nuevo a bandas de temas propios y no tanto a bandas de covers. Este escenario ayuda a visibilizar todo el material y de todos los estilos que hay en Córdoba, con propuestas increíbles”.
Nico Bustamante de Malpaso: “Nos gustó la idea de ser parte de la grilla, es la primera vez en trece años que tenemos como banda que nos llaman. Nos gustó la idea porque es un festival grande, es un festival de rock y nosotros hacemos rock”. “Con el tema de la convocatoria nos pareció espectacular, cuando tocamos había entre 150 y 200 personas, era gente netamente de la familia de Malpaso. Lo que noté es que el escenario estaba mal ubicado para mi gusto, el curioso se detenía poco. Eso habría que capaz modificarlo”.