Se realiza el próximo 28 de abril en cientas de sedes en simultáneo el FLISOL. En Córdoba habrá en Capital, Río Cuarto, Villa María, Sierras Chicas y Traslasierra. Es el evento autogestivo más importante de Software libre y Cultura libre de América Latina.
El próximo sábado 28 de abril desde las 9 de la mañana se desarrollará en Córdoba la edición 2018 del Festival Latinoamericano de Instalación de Software Libre (FLISoL). Se trata de un evento simultáneo en distintos países de Latinoamérica, y del cuál Córdoba tendrá cinco sedes: Capital, Río Cuarto, Villa María, Sierras Chicas y Traslasierra. En la ciudad de Córdoba, como todos los años, tendrá lugar en Ciudad Universitaria: en la Biblioteca de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNC. Aquí podes ver la grilla con los más de 40 talleres.
Para repensar cómo nos atraviesan las tecnologías en la vida cotidiana, hablamos con Natalia Zalazar, integrante de Construcción Tecnológica Popular, que estará a cargo de un taller denominado “¡Mi cuerpo, mis dispositivos, mi decisión!”. Nos explica Natalia en el aire del Enredando las mañanas que desde hace un año, un grupo de compañeras vienen explorando lo que es el ciberfeminismo: “Somos un grupo de compañeras que nos venimos juntando para preguntarnos qué lugar tiene el feminismo en la tecnología”. La propuesta del taller, nos cuenta, “tiene que ver con tomar autonomía respecto a nuestros dispositivos, y transportar la lógica feminista”. Además de este taller, el eje de género tiene actividades durante toda la jornada, por lo cual nos aseguró la entrevistada que “está bueno para quienes nos interesa la tecnología y el feminismo, vamos a poder charlar todo el día con otras compañeras”.
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Natalia recupera que persiste muy arraigada una lógica machista en el ambiente del software libre y en la tecnología en general. Nos cuenta que “se refuerzan un montón de estereotipos (…) Si hay un código mal hecho se dice que es un código hecho por una mujer, sin saber quién es su autor”. En función de ello, explica que “una de las apuestas es generar espacios donde prime la comodidad y la confianza para aprender, porque creemos que el conocimiento nos empodera”. Y, de ese modo, nos cuenta que es necesario reconocer las situaciones de “desventaja en los espacios técnicos para criticar y aprender juntas”. En esa clave, recupera Natalia “los espacios feministas hemos tomado las redes como lugares de encuentro, y para expresarnos con más comodidad, y además para conseguir laburo”.
Hace a la autonomía “conocer cómo funcionan las tecnologías con las que operamos, poder intervenirlas”, explica la integrante de CTP. Para eso, un buen ejercicio -explica- es preguntarnos de dónde sacamos los dispositivos que usamos, cómo los elegimos y quién instaló el software que corre. Además, desde una perspectiva de autocuidado, reconocer que las aplicaciones y redes sociales que utilizamos toman nuestros datos y ser conscientes de qué información decidimos compartir y cuál es preferible que no.