Monsanto intimó a la Red a que desmienta el vínculo denunciado entre esta multinacional de agrotóxicos y la empresa japonesa Sumitomo Chemical que comercializa Sumilarv, un larvicida a base de piriproxifeno que en Brasil se adicionó al agua que toman las personas de los pueblos y barrios más pobres del Nordeste y que generó la sospecha de que este veneno podría estar vinculado a los casos de microcefalias y malformaciones neurológicas congénitas presentes en esa región. En la emisión del martes 15 de marzo de Enredando las Mañanas, entrevistamos a la Dra. Betiana Cabrera Fasolis, integrante de la Red.
“Somos una organización de médicos y trabajadores de la salud que desde hace unos años estamos en Córdoba. Comenzamos a abordar este problema que tiene que ver con la relación de salud y ambiente, y en particular cómo impacta el modelo agroindustrial. La verdad que ha sido un camino bastante minado pero no nos dejan de sorprender ciertas actitudes de las corporaciones, como estas intimaciones que se realizan sobre nuestras personas, particulares, individuales, es decir a los médicos que en algún momento estuvimos o estamos vinculados con la Red”, expresó Betiana Cabrera Fasolis en el inicio de la charla con Enredando las mañanas.
Desde el 8 de marzo pasado, los integrantes de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados están recibiendo de manera individual cartas documentos en las que se los intima por ocasionar daños y perjuicios materiales: “más allá de que por supuesto nuestro equipo jurídico ya ha respondido, nos parece que es una clara muestra en el sentido disciplinatorio y de querer amordazar a todos aquellos que decimos alguna cosa distinta de lo que generalmente suelen decir los circuitos institucionales o científicos vinculados a la salud”, afirmó Cabrera Fasolis.
Este hostigamiento comenzó luego de que en febrero pasado, la Red difundiera el informe “Dengue, Zika y la relación de agrotóxicos con las malformaciones congénitas”: “basándonos en el caso de Brasil, donde el zika se ha manifestado con una magnitud mucho mayor que en Argentina, nosotros decimos que debemos prestar atención a lo que sucede en ese país porque en realidad es en el único supuesto lugar donde se están reportando estas malformaciones congénitas, entre ellas microcefalia y macrocefalia, y esto no tiene que ver únicamente con el virus del zika, del dengue, que como nosotros sabemos son transmitidos por vectores, por mosquitos contra los que se utilizan larvicidas y venenos. Nosotros decimos que hay que prestar atención porque en realidad ahí las malformaciones pueden tener algo que ver no tanto con estos virus sino con la alta exposición a larvicidas y agrotóxicos, uno en particular el piriproxifeno que es fabricado por una empresa japonesa, que se llama Sumitomo Chemical, que es subsidiaria de Monsanto. Nosotros decimos esto en base a las publicaciones de las mismas empresas que se citan mutuamente. También lo decimos porque hay lugares en Latinoamérica en donde el zika es endémico, por ejemplo en Colombia y en otras regiones del Pacífico donde el 75% de la población ha estado en contacto con ese virus y no registra esta cantidad de malformaciones”, detalló Cabrera.
La doctora agregó que en el trabajo efectuado por la Red también se alerta sobre las medidas que se están tomando: “en una reunión de ministros de Salud del Mercosur estaban citando la fumigación aérea en contra del Aedes Aegypti que es el mosquito que transmite el zika y el dengue. Nosotros decimos que hay que tener muchísimo cuidado porque esto generalmente significa mayores riesgos que beneficios, y en realidad el vector y la propagación del mosquito tienen que ver con condiciones socioambientales, es decir vinculadas a la pobreza, al saneamiento ambiental y no particularmente a cuanto puedo o no tirar veneno desde un avión, porque sabemos que eso solamente beneficia a las empresas proveedoras del veneno. Por eso es que nos intima Monsanto, por el detalle de que nosotros decimos que esta empresa japonesa es subsidiaria de Monsanto”.
En el informe, la Red hacía referencia además a que este herbicida fue colocado incluso en el agua de las zonas afectadas más humildes: “son las regiones más pobres, con las necesidades básicas insatisfechas, en donde hay que evaluar otro tipo de cosas. Nosotros siempre somos de la idea de que hay que dudar de estas recetas mágicas, dudar de estas supuestas epidemias tan terribles que las organizaciones internacionales nos plantean, porque tenemos casos testigos muy recientes, entre ellos el virus de la gripe A. Tenemos que recordar que eso fue un escándalo a nivel mundial, una epidemia criada y viralizada por los medios que tenía más que ver con que todos los expertos, que eran miembros del Comité de Expertos de la Organización Mundial de la Salud, todos estaban relacionados con alguna empresa o corporación médica, y todos tenían que ver con la producción del medicamento y hasta con todos los reactivos para hacer el diagnóstico y demás. Ante estas cosas en que se trata de manifestar por los medios en términos o en clave de paranoia, peligro, alerta, siempre nosotros tenemos que ver y pensar que lamentablemente puede haber un trasfondo económico; es un campo totalmente mercantilizado, más cuando hablamos de salud a nivel global y cuando los Ministerios de Salud están involucrados”.
Retomando lo que sucede en Brasil, Cabrera manifestó: “se ha comprado este herbicida en cantidades increíbles, también se ha hecho otro ejercicio con mosquitos transgénicos, que la verdad que no sirvió para absolutamente nada excepto para la fábrica que los producía. Cuando nosotros hablamos de salud pública, siempre estamos hablando de licitaciones internacionales, de que hay alguna corporación biomédica atrás. Bayer es la más conocida, pero después hay muchas más y todas producen no solamente líneas de medicamentos, reactivos, todo lo que tiene que ver con la cuestión biomédica, sino que también muchos de ellos producen venenos y agrotóxicos, tienen toda la línea de trabajo resuelta”.
Para la médica de la Red, es evidente que a Monsanto le molestó que se lo haya vinculado con esta empresa japonesa: “además el herbicida no está dando muchos resultados, entonces ahí sí nos intima una multinacional a una organización de trabajadores de la salud que por supuesto es voluntaria, científica y está por fuera de cualquier institución. Monsanto goza de una muy mala imagen pública y en Córdoba ya salió una nota respecto a que la empresa está evaluando no instalarse en Malvinas Argentinas, no realizar inversiones, lo que para nosotros es un triunfo. Y por más que lo pinten como una decisión empresarial y una gran pérdida de inversiones para la sociedad cordobesa, nosotros siempre decimos que el progreso que nos enferma, nos mata, nos contamina, no es progreso, no lo podemos cuantificar, no importa de cuánto es la multa que se le haga a la Barrick Gold por el derrame de cianuro (en San Juan) porque nosotros no podemos cuantificar cuánto significa la vida de esas personas y el acceso a tener agua potable sin riesgo. Estas son las cosas que tenemos que plantear y difundir todo el tiempo, trabajarlas mucho desde los medios, la academia, desde el lugar en que nos toque estar”.
La Red de Médicos de Pueblos Fumigados ya respondió las cartas documentos enviadas por Monsanto aclarando que los datos que se han volcado en este informe fueron tomados de las propias páginas de las empresas: “nosotros negamos saber cuántas acciones tienen o no compartidas, pero refrendamos que en sus publicaciones se manifiesta que han trabajado juntas y han estado asociadas. Hay recortes incluso de diarios que hablan de que estuvieron asociadas hasta el 2014. Esto sirve también para seguirles el rastro a estas corporaciones porque ninguna de ellas duda en cambiar de nombre, presentarse de otra forma en los distintos países en pos de una mejor imagen pública. Todo esto también es para tener en cuenta a futuro”, cerró Betiana Cabrera Fasolis el diálogo con ELM.