Este jueves 8 de agosto recibimos la visita de Maria Eugenia e Itsasne, integrantes internacionalista vascas de la Brigada de Askapena, quienes junto con Cristina Salvarezza, ex presa política argentina, conversaron acerca de los procesos de criminalización de la protesta como mecanismo de control político y social.
 
Desde el relato de la gesta de la fuga de mujeres de la cárcel cordobesa del Buen Pastor en 1975 de la que fue parte Cristina, a la denuncia del reciente procesamiento en Esukal Herria de 47 militantes de la solidaridad con lxs presxs políticxs, las activistas analizaron los mecanismos represivos que los Estados descargan sobre lxs luchadorxs sociales y reafirmaron la necesidad y el deseo de fortalecer las redes y solidaridades entre los distintos territorios.
 
 


El País Vasco es un pequeño país de 3 millones de habitantes que se sitúa entre España y Francia. Lo que quiere decir que sus administraciones se reparten entre esos dos países. El vasco es un pueblo originario con unas costumbres y un idioma diferentes al español. Es una tierra que hasta 1512 tuvo sus reyes y reinas y que, al igual que America, cayó en manos del imperio español, con su consiguiente saqueo. Esto dio lugar a diferentes guerras y resistencias y en 1959, en la dictadura de Franco, se crea una organización armada, ETA. Toda esta lucha ha supuesto mucha represión y en la actualidad hay 250 presos y presas politicas vascas dispersadas en multitud de cárceles en el estado español y francés. Alejadas y con penas que les van a llevara estar hasta 30 o 40 años presas.

Pese a que ETA dejó las armas y se disolvió, al día de hoy los gobiernos español y francés han hecho muy poco por cambiar y facilitar una resolución de esto, con lo que sigue existiendo todo un movimiento de apoyo y solidaridad a lxs presxs políticxs y sus familias.
 
Inesa, Maria Eugenia e Itsasne forman parte de una brigada internacionalista de Askapena, proveniente del País Vasco, Euskal Herria.