Por: @Josecomunicando

Durante los últimos 70 años Israel no solo ha garantizado la ocupación mediante el uso de acciones militares directas sobre el pueblo palestino y su territorio, también ha desplegado una muy pensada y fina acción que le permita generar bajas silenciosas de menor costo político ante la comunidad internacional a la hora de masacrar al pueblo.

En la entrevista que mantuve con Valeria Cortes desde la Franja de Gaza, nos explica cómo han transformado a Gaza en un campo de concentración a cielo abierto donde escasea la comida, agua, el acceso a la electricidad, donde el sistema de salud está destruido por los bombardeos constantes de Israel, el cual agiganta su acción criminal al no permitir ingresar insumos médicos y la de ayuda humanitaria internacional. Para ella no hay dudas, “La entidad sionista no solo mata a bomba o a bala, también mata por hambre, por presión, por enfermedad”.

Valeria nos describe desde el territorio en resistencia que Israel tiene rodeado que: “por tierra una vaya alrededor de toda Gaza con sensores de movimientos, torretas militares, globos de vigilancia. Por aire tenemos a los drones, a los aviones F16 con sus bombas de una tonelada, los helicópteros Apache”. Y aclara que por mar hay naves de guerra y los pescadores palestinos las sufren día a día ya que: “Les roban los barcos, se los llevan presos, los matan a tiros. Las grandes lanchas israelíes rodean los pequeños barquitos de los palestinos, que aparte están condenados a no pasar de las 6 millas de distancia de la costa”. Y subraya: “En esa zona no hay pesca, recordemos que toda la infraestructura de Gaza esta reventada a bombazos y entonces esas primeras aguas de las 6 millas están contaminadas. No hay pesca allí. Inclusos llegan a dispararles a una o dos millas”.

Es bien conocido por la comunidad internacional que la Franja de Gaza es considerada un campo de concentración de exterminio el cual esta regenteado por Israel. En este punto Valeria deja bien en claro: “Los israelíes tienen aquí una población cautiva, por la que deciden que comida y que agua tendrán acceso. Israel se ha robado todos los acuíferos de Gaza, los ha perforados se los ha llevado para Israel el agua dulce, el agua buena y entonces en esos acuíferos entra el agua de mar. El 95 % de las zonas de Gaza tienen agua salada”. Y recordó: “Cuando tú llegas recién a Gaza, a mí me costó acostumbrarme, y te vas a lavar la cara y te echas el agua sientes que es echarse agua de mar. Peor que el agua de mar, porque es super salinizada y contaminada”.

El día a día en la Franja de Gaza es un desafío a la vida y se ponen en prácticas todos los recursos posibles para sobrevivir, en lo que refiere al acceso a la electricidad Valeria nos describe: “Aquí tenemos electricidad solo 6 horas al día. Todas las casas tienen que tener una pequeña batería para por lo menos tener unas lucecitas led. Todos los teléfonos móviles en Gaza tienen linterna, porque aquí vivimos el 80% del tiempo en la oscuridad”.

La argentina-venezolana que vive hace dos años en la Franja de Gaza, nos recuerda otro hecho particular cotidiano: “Siempre tenemos un eco de fondo que son los mortíferos drones que aquí les llaman zanana, porque en árabe significa zumbido de mosquito. Y es en verdad un sonido muy torturante que ellos emiten de forma constante y que se nota más cuando vuelan a baja altura. Cuando no hay un dron cerca te das cuenta como uno vive atormentado por ese ruido infernal”. Y deja bien en claro: “Gaza está bajo total escrutinio de las fuerzas sionistas, por eso digo especialmente la de asesinar niños. No hay daños colaterales, tienen una tecnología avanzadísima. Los matan porque los quieren matar, los matan porque desean matarlos”.

Otro punto delicado y sensible en una sociedad es el acceso a la salud y en la Franja de Gaza este derecho básico humanitario no se puede acceder y esta mediado por Israel como bien lo señala Valeria Cortes: “Todos los insumos médicos son permitidos o negados la entrada por el cancerbero que es la entidad sionista. Entonces ellos juegan a esa muerta lenta. Si ellos no matan por bomba y bala, matan por menguo”. Y nos da un ejemplo de nivel de precarización en la atención médica: “Los médicos de Gaza tienen que operar con las linternas de los celulares”.

A modo de reflexión, Valeria nos deja el siguiente llamado de atención: “Si en algo es el colmo de los colmos de la brutalidad del acoso y de la persecución contra un pueblo eso ocurre aquí en Palestina. Y en Palestina nosotros nos estamos jugando la humanidad. Todo, todo el planeta se está juzgando en Palestina la humanidad. Porque la situación que aquí ocurre es tremenda y se ha prolongado ya de por demasiado tiempo y se está pagando con demasiada sangre inocente”.